ESPACIOS LIBRES DE DISCUSIÓN PARA NUESTROS HIJOS

Son niños.

Cualquier persona que se relacione con ellos en cualquier ámbito: escolar, hospitalario, etc. debería de estar preparado para no impactar negativamente en la vida de un menor.

Si una persona no sabe lidiar con las situaciones propias de un problema de cualquier tipo relacionado con un niño, no debería de ocupar un puesto de trato directo con niños o sus padres.

Muchas veces estos “profesionales” no dudan en defender su posición o la del organismo al que representan delante de los menores de una forma negativa e incluso cruel.

Muchas veces nos encontramos en situaciones en las que la familia y el profesional no estamos de acuerdo en la interpretación de la norma, o se pone por encima los intereses generales a los del menor, sin dar lugar a interpretaciones particulares llegando incluso a la discusión delante de los niños.

Frases duras o diagnósticos desalentadores, o comentarios difíciles de interiorizar sobre temas de salud; sentencias fulminantes de los “profesionales” del Sistema Educativo, desconocimiento por su parte sobre las excepciones en la aplicación general de las normas, etc. crean situaciones frente a los menores difíciles de manejar a nivel emocional.

La cuestión es que al principio como padres nos sorprendemos, después sentimos impotencia, a veces lloramos, hasta que nos damos cuenta de que a pesar de cumplir con todo lo que nos piden los profesionales, nuestros hijos parecen ser un problema para ellos más que un reto profesional y recibir una atención adecuada como un deber dentro de sus funciones. Y acabamos, tras años, mirándolos con compasión y tratando de evitar que nuestro hijo pase una vez más por esas situaciones tan desagradables.

Hagamos entre todos Espacios Libres de Discusión para que nuestros hijos no sufran de las malas gestiones de los adultos: padres y profesionales.

La buena comunicación nos hace crecer a todos.

Escuchemos y seamos escuchados.

Pero sobre todo, como adultos, cuidemos la forma de relacionarnos con los niños.

#anayany
#vidafeliz
#educaciónemocional

ECOLÓGICO Y SALUDABLE

Pensar en verde ya no es cosa de unos pocos.

El planeta atraviesa por un momento crítico y está en nuestra mano detener el desastre ecológico al que nos encaminamos. Por eso, a día de hoy, una actitud sostenible ante nuestra alimentación y nuestro estilo de vida es síntoma de que somos personas conscientes, nos preocupamos por nuestra salud y que sabemos cuál es el camino a seguir.

El consumo de productos ecológicos crece cada vez más en nuestro país. Nos importa el etiquetado, el envase y el contenido, porque ya no nos creemos la publicidad engañosa y exigimos que aquellos productos que nos venden como eco, bio, orgánico, etc., lo sean de verdad. Los productos ecológico podemos distinguirlos gracias al sello correspondiente de agricultura ecológica de la Unión Europea.

Los productos ecológicos no contienen ningún tipo de aditivo artificial ni se han utilizado en ellos pesticidas de síntesis. Se trata de productos que se obtienen evitando el uso de agentes externos, aprovechando los ciclos naturales en que se desarrollan tanto las plantas como los animales. Estos procesos respetan el medio ambiente y contribuyen a su cuidado, y no perjudican a ningún ser vivo ni al entorno.

Cada vez debemos de ser más exigentes y buscar que los productos que compremos sean de cercanía, kilómetro 0 o estén libres de intermediarios, lo que implica un menor impacto en el medio ambiente.

Cuando consumimos de manera sostenible, estamos cuidando el planeta. Los productos ecológicos, en su proceso de elaboración, cuidan del medio ambiente, del ganado y favorecen la biodiversidad al no utilizar semillas transgénicas y propiciar el policultivo.

Los consumidores también sentimos que nos beneficiamos de este tipo de productos. La razón más evidente está relacionada con el sabor, que se intensifica a la vez que resulta más natural que el de otro tipo de productos. Además, sabemos que conservan los nutrientes que esperamos encontrar, como vitaminas, minerales y antioxidantes. Por eso nos referimos a ellos como productos de alta calidad en todos los sentidos.

Tanto las marcas como las grandes superficies saben lo importante que es sumarse a la tendencia ecológica y sostenible que avanza a toda velocidad.

Nosotras consumimos solo productos ecológicos de alimentación: huevos, carne, frutas, verduras, frutos secos, legumbres, semillas, chocolate, etc; y también los utilizamos ampliamente en limpieza; ropa, utensilios, etc. y compramos en comercios locales (tiendas ecológicas, de comercio justo, herbolarios, etc.), Grandes Distribuidores de Productos Frescos Ecológicos, Cooperativas, Grupos de Consumo, Tiendas Online y de forma excepcional en Supermercados.

Esta semana hemos estado en una gran superficie muy popular y nos ha sorprendido la cantidad de empresas tradicionales que están incorporando productos ecológicos a su gama.

¡Pero OJO!! Comer sano no es consumir productos envasados con sello certificado como ecológico, pero cargados de azúcares certificados, conservantes al límite y listas de ingredientes interminables con letra pequeña y que ni sabemos lo que son.

COMER SANO Y ECOLÓGICO es consumir productos frescos evitando lo envases, frutas y verduras sobre todo, cocinadas con amor en casa como lo hacían las abuelas, y no alimentarnos de productos elaborados para las grandes masas rozando los límites de lo que debe de ser un alimento ecológico, aunque tengan el sello correspondiente.

Comamos eco, comamos lógico.

#anayany
#vivirecologico
@anayany

RELACIÓN SENSORIAL

Comunicarse sin hablar, hablar sin pronunciar palabra. Sentir lo mismo sin saber cómo. Una conexión que va más allá de las palabras o la consciencia. Estamos hablando comunicarse por sensaciones y focalizándonos en cosas diferentes al verbo.

Se trata de impregnar de amor todos nuestros gestos cotidianos, viviendo cada instante más conscientemente. De esta forma no tendremos la sensación de que el tiempo y la vida pasan rápido, sin enterarnos de nada, sino que recordamos cada maravilloso momento como una bella fotografía.

Intentemos vibrar y recibir desde el sentimiento y la emoción, y no con la cabeza o racionalizándolo todo. Dejemos de lado el control excesivo del pensamiento, para que la comunicación fluya libre. Si conseguimos optimizar esto, la relación con nuestros seres queridos y por añadidura con todos los que nos rodean, será mucho más sana en todo momento.

Any y yo hemos trabajado durante años una actitud ante la vida más presente y sosegada, que nos beneficie tanto a nosotras como a los que nos rodean. Practicamos juntas meditación, cánticos, mantras, ejercicio físico pausado, etc. Hacemos juntas la terapia en el hogar de forma consciente, sintiendo y compartiendo nuestras vibraciones y cuerpos. Y hemos llegado a la conclusión de que hemos conseguido algo mucho mas profundo que la mera comunicación.

Cuando somos capaces de sentir dentro de nosotras mismas, siendo un ejercicio continuo y diario, nos relacionarnos mejor. Y nos reímos mucho porque existe una complicidad continua de gestos, expresiones, dobles sentidos, sensaciones, olores, caricias, amor…

Las tareas cotidianas las convertimos en algo placentero y lo hacemos disfrutando de cada instante, viviendo el momento y no pensando en lo siguiente que tenemos que hacer. Cada momento juntas lo transformamos en algo mágico.

Hacer terapia con mi hija en el hogar, por ejemplo, es un ejercicio muy bueno para vivir el aquí y ahora: disfrutar del piel con piel, de la respiración, escuchar los latidos del corazón, todo ello en silencio o con una música que nos trasmite emociones profundas, nos lleva a disfrutar de esos instantes que son “pura vida”.

Es verdad que lo complicado es aplicarlo a diario, pero poco a poco, si nos lo proponemos en serio, lo iremos consiguiendo, y de ese amor sin palabras, nos enriquecemos de una forma que jamás podríamos llegar a imaginar.

Busquemos con nuestros seres más queridos esa relación sensorial que deje fluir el amor incondicional a través de la práctica diaria de momentos sensoriales que sustituyan a las palabras racionales. Pura vida, pura magia.

Nosotras compartimos a diario el amor incondicional que nos tenemos, no solo con las palabras, sino con todo nuestro ser.

#anayany
#vidafeliz
#puravida

CUIDÁNDONOS PARA CUIDAR

Somos Mamás Especiales así que conocemos perfectamente el concepto de cuidar al cuidador, aunque la realidad diaria es muy diferente. Para poder seguir años y años ocupándonos de nuestros hijos, por supuesto que necesitamos respiros, ocio, mimitos y muchas cosas bonitas. Pero antes de exigirle a los demás (pareja, amigos, Papá Estado,etc.) que nos ayude, somos nosotras mismas las que tenemos que dar ejemplo con nuestros actos y empezar a cuidarnos lo antes posible.

Nuestros hijos serán adolescentes antes de lo que pensábamos y gracias a nuestros cuidados y trabajo llegarán a ser “grandes” adultos muy pronto. Sus necesidades son y serán reales y las nuestras también, así que adoptemos lo antes posible las medidas necesarias para poder cuidarlos durante largo tiempo.

Cuidar de nosotras mismas no es una opción, es vital para poder ofrecer calidad de vida a nuestros hijos a largo plazo.

Por eso debemos tomar medidas desde YA. No saboteemos a nuestro “yo” futuro presumiendo de “superpoderes” que desaparecen con los años y pasan factura a nuestro cuerpo y nuestra mente. Si nos cuidamos desde ahora, todo será más fácil.

– Cuidados físicos. Ser conscientes de que las prisas las tienen los demás y no nosotras, es fundamental. Así que poco a poco y de forma consciente haremos los traslados, cambios de posición, baños, etc. Cuidemos nuestra espalda, rodillas y trabajémonos también nuestra fascia para mantenernos saludables. Intentemos hacer algo de ejercicio físico. Realizar ejercicio de forma pasiva o activa relajadamente, tipo yoga, durante 5 minutos al día, será suficiente para empezar a mejorar la salud. En internet podemos encontrar tablas muy básicas y fáciles. ¡Saludemos todos los días un par de veces al Sol!!

– Vigilemos nuestro descanso. Sentémonos o tumbémonos frecuentemente durante 5 minutos. Esto nos hará recargar las pilas. Creemos nuestro rincón de recuperación. 
Un sueño reparador es sin duda el mejor de nuestros descansos. Ya se que tenemos que cuidar a nuestros hijos también durante la noche, pero en este sentido, es importante adaptarnos a nuestra circunstancia personal y si tenemos que abusar del colecho hacerlo para evitar la falta de sueño que puede traer consecuencias peores: reducción de la atención, concentración, memoria y la mermar la capacidad para organizarnos, irritabilidad, insomnio, etc. Procuremos dormir no menos de siete horas

Asumir una carga de tareas excesiva o no descansar lo suficiente, puede jugar en nuestra contra, produciéndonos cansancio, tensión y nerviosismo elevado que podremos sostener una temporada, pero no toda la vida.

– No descuidemos nuestra alimentación. Una buena alimentación es importante para una buena salud y una mejor calidad de vida. Comer cuando tengamos hambre, evitar las comidas procesadas y llevar una dieta sana, equilibrada y variada, aportará a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios para reponer energías y poder realizar todas nuestras tareas. No nos saltemos ninguna comida, sentémonos a comer y comamos de manera pausada. Recordemos que hablamos de muchos años de cuidados.

– Cuidados sociales. Pidamos ayuda no solo a familiares y amigos. También a los profesionales, están ahí para ayudarnos, sobre todo compartiendo la dura mochila de la responsabilidad en temas de salud. No son dioses, son personas y seguro que expresar nuestros pensamientos o reclamar una atención adecuada, acabará siendo gratificante para la larga relación que tendremos. Y si no es la persona adecuada, siempre podemos solicitar el cambio de atención, no estamos aquí para sufrir más por relacionarnos con profesionales apáticos. Y los organismos públicos pueden ayudarnos más con temas de recursos técnicos, Ley de Dependencia, adaptaciones en el hogar, etc. El 1 de abril podemos volver a solicitar la cotización como Cuidadoras en el Hogar, aprovechemos nuestros derechos pensando en el futuro.

– Cuidados emocionales. Meditemos y trabajemos nuestras emociones. Mientras cocinamos, limpiamos, le hacemos la terapia a nuestros hijos en el hogar. Meditar es neutralizar nuestros pensamientos, nuestra mente también necesita descanso. También puede ser útil practicar alguna técnica de relajación, poner música a tope y bailar como locas o hablar con una buena amiga. Aquí estamos.

Cuidar de nosotras mismas es la mejor manera de cuidar a nuestros hijos. No es fácil, pero en algún momento tenemos que empezar, de forma voluntaria o porque nuestro cuerpo nos diga que ya no puede más. Aprovechemos nuestro estado actual.

Por un futuro mejor, trabajemos en un presente consciente.

#anayanay
#vidafeliz
#antifragilidad
#mamaespecialecolcologica

MAMÁS “RARAS”

“Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi responsabilidad defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad hacerme cargo de lo que me pasa y saber mi cuota de participación en los hechos”. Jorge Bucay.

Conduciendo por la vida por Any Pascual de anayany.com

Nuestros hijos tienen enfermedades “raras”, capacidades diferentes, condiciones diversas, necesidades especiales…como quieran que lo llamen ahí afuera.

A Any y a mi nos gusta verlo como Mamá Especial (porque yo también soy “rara”), desde la neutralidad, sin ninguna connotación ni positiva ni negativa. El lenguaje no debe de ser una barrera que nos aleje a las madres del objetivo real: ayudar a nuestros hijos formándonos, con pleno compromiso elegido y siempre desde el amor infinito.

También nos encanta el concepto de Mamá Terapeuta porque engloba múltiples aspectos: educativo, físico, emocional, nutricional, cuidados, etc. Incluso el financiero, porque para optimizar todos estos campos es indispensable controlar la economía familiar. Nuestra querida Sonia Castro, a quien estaremos eternamente agradecidas por compartir su historia e inspirarnos a nosotras y a cientos de madres, es nuestra querida y más ilustre Mamá Terapeuta. Pero Mamás Terapeutas hay muchas. Conocemos a muchas, a algunas personalmente, otras por redes sociales o blogs, y a millones ni las conocemos, pero somos conscientes de que están.

Yo particularmente me veo como una Mamá Especial Terapeuta, Maestra, Ecológica, Espiritual…son las partes que más ejerzo, como madre y cuidadora, y a las que les dedico, desde el corazón y por elección propia, más tiempo. Conozco a Mamás Especiales Deportistas, Diseñadoras, Cocineras, Profesionales, etc. Todas englobamos un montón de capacidades diferentes y hay cosas que nos entusiasman y nos definen, ya que es lo que mejor hacemos desde el amor.

Pero no somos Super-heroínas, ni Super-mamás, ni las mejores Mamás del Mundo, ni nadie se puede poner ni por lo más remoto en nuestro lugar 24/7 de cuidados desde el amor más profundo, donde el dolor se transforma en fuerza y el cansancio en resiliencia.

Somos mujeres, ni más ni menos. Ni médicos, ni fisioterapeutas, ni taxistas…Pero la vida nos ha hecho especializarnos en un millón de cosas, aunque el único Título que queremos es el de MAMÁ, en el resto nos hemos saltado la teoría para pasar obligatoriamente a la práctica.

Tenemos hijos con capacidades diferentes (como todo el mundo), con inteligencias múltiples (como todos) y con un corazón que no les cabe en el pecho y que les ancla a la vida.

Tenemos derecho como Madres Especiales a sufrir, equivocarnos, probar…como todo el mundo. Y tenemos derecho a que se nos hable con respeto, se tenga en cuenta nuestra opinión y a decidir lo que consideramos mejor para nuestros hijos. Somos mujeres con criterio, que si lo necesitamos, pedimos ayuda a profesionales o amigos.

Con los años hemos aprendido a escuchar, reflexionar y decidir, aceptando la realidad como es, porque sabemos que todos somos iguales, aunque todos diferentes. Siempre respetamos la historia vital de los demás, porque somos conscientes de que nadie se puede poner en los zapatos del otro. Y eso no lo hemos aprendido en ningún sitio, eso nos lo enseñan día a día nuestros hijos. Nuestros Maestros.

Intentamos ser coherentes con lo que hacemos, pensamos, sentimos, y decimos. Antes que nosotras, ha habido cientos de madres luchadoras que han conseguido los derechos que hoy tienen nuestros hijos, y aunque aún quede mucho por hacer, somos mujeres comprometidas que creamos conciencia a través de nuestros actos.

Respetamos el espacio y los momentos de quien nos acompaña en el camino, porque somos conscientes de que tampoco ha sido fácil para ellos y sabemos que nos ayudan desde el cariño de quien nos ha escuchado en los momentos más duros, pero también en los mejores, sabedores de la debilidad de nuestra situación vital. Gracias a todos los que nos cubren en algún momento porque eso nos da el respiro necesario para continuar: nuestras parejas, los abuelos, amigos, etc.

Somos mujeres atentas y amables porque apreciamos más que nadie el calor humano, pero al mismo tiempo somos guerreras y valientes, porque a veces la sociedad no es capaz de incorporar el término empatía en situaciones de quiebra emocional.

Somos mujeres positivas. Nuestros hijos nos han enseñado a observar la vida desde el lado de la bondad. Su compañía es un regalo diario, así que disfrutamos de cada momento con ellos. Aunque lloramos y nos derrumbamos, sabemos que nuestro ánimo es el que sustenta a la familia, así que somos conscientes de que desde el lado positivo todo es más fácil.

Intentamos configurar un entorno protector, porque nadie nos puede privar de tener momentos malos, pero está claro que si tenemos un entorno saludable, esos espacios estarán más ajustados a las situaciones que así lo requieran.

Nos contagiamos también de emociones saludables. Cuando estamos en compañía de personas pesimistas, un día tras otro, es posible que en algún momento nos sintamos arrastradas hacia esa corriente. Por el contrario, cuando nos rodeamos de personas optimistas, experimentamos sensaciones de bienestar con mayor facilidad gracias a las neuronas espejo. Ya sabemos todo lo negativo que nos rodea, pero necesitamos centrarnos en los positivos, y vibrar de felicidad.

Tenemos un gran poder de reacción. Todas hemos tenido que superar el diagnóstico y sacar fuerzas de no sabemos donde. Después de recibir la noticia todo cambia, y al principio es muy duro y desconcertante. Pero no nos queda más remedio que reaccionar y volver tarde o temprano a la serenidad, tranquilidad y felicidad de nuestra vida familiar.

Buscamos información y soluciones coherentes, aprendemos todos los cuidados necesarios por duros e imposibles que nos parecieran al principio, acompañamos a nuestros hijos desde el amor a lo largo de su camino. Conocemos momentos de profunda felicidad y satisfacción, pero también de máximo dolor. Cada logro, cada progreso de nuestros hijos es una esperanza un pasito para facilitarle la vida . Trabajamos a tiempo completo dentro y fuera de casa para llegar con nuestros hijos al punto de partida del resto de los niños, la salud.

En un día tan señalado como hoy 28 de Febrero, todo nuestro apoyo a las Mamás, a las Familias, a los Amigos que están recorriendo el camino de tener un niño con una de las llamadas «ENFERMEDADES RARAS». ABRAZO DE OSO AMOROSO PARA TODOS💗💗💗

#anayany
#diadelasenfermedadesraras
#mamásespeciales