Hace unos años se les otorgó el Premio Nobel en Fisiología y Medicina a tres biólogos de los Estados Unidos por el descubrimiento de los genes maestros que controlan los ritmos circadianos.
Fue uno de los temas que debatí con el Dr. Pin, Gonzalo Pin Arboledas, Coordinador de la Unidad del Sueño y Jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital Quirón de Valencia, mientras catábamos el maravilloso aceite de Oliva Virgen Extra Ecológico que produce junto a su mujer http://www.olioli.es/.
Charlamos largo y tendido sobre la importancia del sueño en nuestras vidas. Fue una MasterClass, una de esas conversaciones interminables en las que aprendes de la Fuente, del Maestro y a pesar de que nuestros cónyuges tuvieran ganas de estrangularnos por no parar, fue un momento de conocimiento inolvidable en el que disfruté como una enana de poder intercambiar opiniones entre ciencia y experiencia.
El término “circadiano” que viene del latín “circa” (alrededor) y “diano” (día) significa “alrededor del día”, y alude a todo aquello que pasa dentro de nuestro cuerpo cada 24h. Por tanto, el ritmo circadiano es un reloj interno que se ve influenciado por factores externos: trabajar, comer, hacer ejercicio físico…
Cada individuo tenemos una regulación concreta de nuestros ritmos circadianos. Hay personas que nos concentramos mejor por las mañanas, mientras que otras prefieren acostarse tarde.
Esta disposición se conoce como cronotipo y es la tendencia natural de una persona hacia los momentos del día en los que se siente más despierto, cuando siente los picos de energía.
El cronotipo matutino, el 25% de la población, rendimos más por la mañana y empezamos a disminuir por la tarde, lo que nos lleva a acostarnos temprano y madrugar.
Los vespertinos, como papá, es otro 25% de la población. Se caracterizan porque encuentran que sus funciones cognitivas son máximas por la tarde y noche, por lo que tienden a acostarse y a levantarse tarde. Les cuesta madrugar.
El cronotipo intermedio, el otro 50% entre los que se encuentra Any, no muestran una clara preferencia por la mañana ni por la tarde, sino que se encuentran en medio de estos dos.
Los cronotipos están relacionados con la producción de melatonina, una hormona encargada de inducir el sueño.
Las personas que nos identificamos como matutinos segregamos melatonina entre dos y tres horas antes que los intermedios, Any. Y los vespertinos, papá, entre dos y tres horas después que éstos últimos, Any. ¡¡¡Así que yo me voy a dormir 6 horas antes que mi marido!!! Jajajajaj.
Lo que está claro es que cada uno tiene sus tiempos, y es importante respetarlos.
Pero también hay que ser consciente de que las circunstancias cronotípicas no pueden interferir en un estilo de vida saludable.
La reducción del sueño nocturno por tan solo una hora, aumenta la expresión de los genes asociados con la inflamación, excitabilidad inmunológica, diabetes, riesgo de cáncer y estrés.
Independientemente del cronotipo que tengamos, tenemos que respetar los hábitos de sueño saludables y ser conscientes de que al igual que necesitamos energía para movernos, pensar y digerir los alimentos, también necesitamos energía para descansar y repararnos POR LA NOCHE.
El insomnio afecta a aquellos que tienen muy poca energía. El calor (energía del fuego) se acumula en la parte superior del cuerpo, creando tensión, ansiedad y síntomas como presión arterial alta o dolores de cabeza. Cuando nos falta energía, sentimos una sensación de inquietud y la incapacidad de desconectarnos.
Con el insomnio y el agotamiento de la energía, los sistemas de todo el cuerpo no pueden recuperarse adecuadamente.
Un buen sueño nos brinda una mayor capacidad de resistencia a las enfermedades y mantiene el equilibrio hormonal, lo que contribuye a ayudarnos a vivir vidas más largas, más saludables, más felices y más satisfactorias.
7 anayany.com consejos para un sueño feliz:
– Apagar todos los aparatos electrónicos al menos una hora antes de dormir. La luz azul que emiten, activa el cerebro y es una señal para que el cuerpo se despierte. Así mismo los campos electromagnéticos tienen efectos negativos en nuestro sueño. No te olvides nunca de apagar el wifi antes de irte a dormir y quitar ese horroroso despertador electrónico de tu mesilla de noche. ¡Estás durmiendo con el enemigo!!
– El aceite de lavanda es un remedio clásico para promover el sueño. Coloca unas gotas en el baño, el difusor o en la almohada para ayudar a relajar tu cuerpo y calmar tu sistema nervioso.
– La respiración abdominal lenta es una de las mejores maneras de calmar el sistema nervioso, relaja el cuerpo y ayuda a calmar la mente.
– Relajémonos antes de ir a la cama leyendo un libro, tomando un baño caliente o escuchando música tranquila y calmada.
– Para otras personas es mejor el ejercicio moderado. Es uno de los mejores medicamentos para dormir que existen.
– Intentar dormir por lo menos ocho horas de noche.
– Nada de cafeína a partir de las 4 p.m. (chocolate, cacao, café…).