¡NOS Y OS QUEREMOS MUCHO!

“Tu conciencia pone el para qué, tu corazón pone el qué, tu cabeza pone el cómo y tu cuerpo pone el cuándo”. Any Pascual.

Y es que por lo general nos queremos poco porque básicamente no nos han enseñado.

Amar es lo contrario a ser egoísta, pero no es sinónimo de darlo todo por los demás. Se trata de un sutil equilibrio entre dar y recibir desde el SER.

Y es un acto social, por lo que se educa y se mejora con la práctica, como cualquier otro hábito.

Educar a nuestros hijos en el AMOR incondicional, es lo mejor que les podemos enseñar en la vida. La compasión se generará en ellos espontáneamente cuando vean a personas que no saben AMAR, y sufrirán por ellos, no por sus palabras o actos grotescos.

Estamos llenas de AMOR, y no solo del que nos tenemos nosotras, único y especial como el de todas las madres y sus hijos, sino del que deseamos compartir con los demás, con la Tierra, con el Universo y que lo intentamos compartir desde algo tan sencillo como nuestros abrazos de OSO y nuestra sonrisa, buen humor y empatía. Porque para poder amar a alguien, hay que entenderlo, ponernos en su situación y compartir su felicidad y su pequeños instantes de sufrimiento.

Sentirnos bien, sentir emociones positivas, querernos a nosotras mismas y a los demás, nos hace ser más positivas, tener mejor salud, mejores resultados y relaciones sanas.

Por eso es importante tener tiempo para poder relacionarnos desde el AMOR con los demás. Tiempo para escuchar a los demás. Porque cuando le dedicas tiempo a otra persona, sin pedir nada a cambio, con una buena actitud, respeto y escucha activa le estás demostrando AMOR. ¡Y si encima es presencial y le puedes dar un par de achuchones y abrazos, PUES MEJOR!!

AMAR es un proceso en el que compartimos sin prisas, sin límites y sin imposiciones por ninguna de las partes.

AMAR a alguien solo cuando nos conviene no es amor, es… No sé ni como llamarlo, ¿falta de humanidad? AMAR es algo mucho más grande, no se puede controlar, forma parte del SER, invade nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro espíritu. Por eso no AMAMOS a “personajes”, sino a la persona real que demuestra que lo que dice se corresponde con lo que hace. A personas como nosotras que sufren, se equivocan y no necesitan la mentira para ser muy grandes. Los AMAMOS como a nosotras mismas, con sus defectos y virtudes. Y desde ese AMOR compartimos felicidad.

Que conste que no somos partidarias de las tías-abuelas besuconas y cotillas que vemos una vez al año y que por ser familia se le presupone amor incondicional. No. Alguien que no sabe escuchar y que no se molesta en conocer nada de ti, difícilmente te podrá AMAR.

Preferimos una palabra afectuosa, una pregunta justo a tiempo, un formar parte de un pensamiento, un mensaje inesperado, un compartir emociones, viajes, sueños… un reenvío motivador para compartir amor, un ¿qué tal estás? después de tanto tiempo, o un ¿quedamos a tomar un té?

Las relaciones son diferentes hoy en día, nos relacionamos con muchas personas más que con el círculo físico próximo. Y eso nos abre la puerta a AMAR a muchas más personas.

Pero claro para poder compartir todo esto, primero tenemos que estar bien con nosotras mismas, porque si no difícilmente podríamos hacer sentir bien al resto de personas que nos rodean. Cómo vamos a amar a los demás desde un lugar vacío, estresado, cansado o inseguro…

Nosotras entendemos las relaciones de cualquier tipo desde el AMOR más absoluto, y si no existe ese vínculo de respeto, admiración y cariño mutuo, simplemente es una relación social, como cuando visitamos al Fisio o al Tendero, ¡Aunque nosotras AMAMOS a nuestro Fisios y Tenderos!!! No es un buen ejemplo, pero no se me ocurre ningún ejemplo de alguien a quien no amemos, jajajaj. Quizás alguien con el que compartimos algún día nuestro amor pero no está bien consigo mismo, no supo pedir ayuda e hizo daño gratuito a los demás. Esas personas tóxicas, esas son un buen ejemplo de con quién no compartimos nuestro AMOR todavía. Aunque somos conscientes de que nuestras puertas están siempre abiertas y receptivas para cuando despierte. El problema es suyo, no nuestro.

Somos felices por nosotras mismas y compartimos, con los que quieran libremente, la fiesta de la vida. La felicidad y el AMOR están íntimamente relacionados. Nunca una persona feliz ha sido egoísta, y mucho menos en el AMOR.

Y ya el colmo de los colmos de la ignorancia es confundir AMOR con atracción física. AMAR es un acto de generosidad, y quien lo interprete de otra forma, solo refleja su carencia.

AMÉMONOS los unos a los otros, abracémonos presencial o virtualmente.

El AMOR es la llave de la FELICIDAD compartida.

#anayany
#amorinfinito
#vidafeliz
#abrazodeOSO


¡¡DISFRUTEMOS DE LO QUE HACEMOS!!!

“La información se convierte en conocimiento al aplicarla. El conocimiento se convierte en sabiduría gracias al silencio”. Any Pascual.

Cuando nosotras nos encontramos en un momento físico o mental de cambios o mejoras, nos detenemos.

Es hora de sentir en medio de todo.

Observamos lo que pasa en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Conectamos con lo que pasa adentro y afuera.

Hacemos una pausa y respiramos.

Reconocemos el momento. Luego seguimos sin olvidarnos de adaptarnos a la nueva situación. Y más adelante nos tomamos un tiempo para disfrutar del placer de simplemente ser y estar, así como somos, desde nuestra nueva situación.

Esto nos ha pasado cientos de veces.

Las puertas se abren cuando prestamos atención al equilibrio entre ser y hacer, muy importante para conectar con nuestra realidad. De otra forma corremos el riesgo de poner toda la energía en hacer y hacer y hacer sin detenernos un instante a experimentar, a sentir, a vivir. Y eso agota, y no nos deja disfrutar del resultado lento pero constante.

Tomar acción es imprescindible para construir la vida que deseamos. Quedarse en las palabras o deseos es a veces una excusa, un refugio o una forma de evitar el miedo al fracaso.

Y si nos fijamos nos daremos cuenta de que hablar sobre algo no significa necesariamente que estemos haciendo mucho para que impacte en nuestras vidas.

Igualmente hacer muchas cosas no es sinónimo de tener éxito o hacerlas bien. Si ponemos toda nuestra atención en hacer y hacer sin detenernos a ser y estar, nunca veremos el cambio, ni positivo ni negativo, y nos iremos a hacer otra cosa más, sin importar el gasto de energía vital y sin esperar los resultados a largo plazo.

Nosotras decidimos cambiar esta dinámica y aprender a vivir lentamente, para conectamos con nosotras mismas y, así, sin más, ver como las cosas cambian.

El éxito no se trata solamente de planear, producir, lograr y alcanzar. También es importante apreciar todo lo que nos rodea y ser felices en el camino.

Hace tiempo que tomamos una decisión: hacer las cosas con constancia, paciencia y perseverancia.

Saltar de una cosa a otra buscando una solución inmediata no siempre es lo mejor para tener buenos resultados, según nuestra experiencia.

Ahora somos fieles a nuestros instintos y damos margen a la acción para poder ver los resultados.

¡Ahora tenemos tiempo también para ser felices!!!

#anayany
#amorinfinito
#vidafeliz
#antifragilidad
#ser

«DEJEMOS PASAR ”


No todo puede controlarse. La atención plena nos ayuda a superar los obstáculos de la vida de una forma pacífica sin necesidad de intervenir. Porque hoy tampoco vamos a “arreglar el Mundo”.

A lo largo de la vida hay muchas cosas que debemos “dejar pasar”, siempre que mantengamos el foco.

El “dejar pasar” nosotras lo entendemos como centrarse en los objetivos vitales y permitir que algunas cosas ocurran sin más, sin nuestra intervención.

Es necesario tener paciencia para no arremeter contra aquello que necesita tiempo y otros actores para ser cambiado. 

El silencio contemplativo, la confianza en nosotras mismas y una dosis importante de humildad ayudan a mantener el objetivo claro y no desviarnos en el camino.

Hacemos frente a las dificultades de la vida desde una posición compasiva y comprometida, sin escondernos tras una coraza. Pero no se trata de ir por ahí salvando el Mundo, ni de disimular la realidad y hacer la vista gorda, negándola mirando hacia otro lado o tapándola, evitando entrar en situaciones de dificultad o sensibilidad social. Se trata de ser realistas, olvidar rápida y contundentemente aquellas cosas que nos duelen pero no están en nuestras manos cambiar y seguir adelante con nuestros objetivos.

Pasar de ciertas cosas puede ser confundido con falta de implicación, egoísmo, falta de interés… cuando en realidad esta actitud surge de ser conscientes de no poder tomar un rol activo en todas las causas y mirar con visión esclarecedora como están las cosas a nivel colectivo en el momento presente.

Seamos el cambio que queremos ver en el Mundo, y si queremos ayudar a crear un Mundo mejor, empecemos por nosotros mismos, la responsabilidad individual en nuestros actos y el respeto por el otro.

Cuando elegimos vivir en sociedad sabemos que existen unas normas para evitar los problemas de la convivencia, y esas normas son tan genéricas que parte de la población siempre se verá perjudicada por ellas, mientras los otros se benefician. Intentar cambiar el Sistema desde la lucha constante de forma individual afecta de forma negativa a nuestro objetivo vital. Por eso nosotras respondemos con nuestras decisiones, siendo el cambio que queremos ver en el Mundo. No es que lo “dejemos pasar” todo sin más, es que confiamos en un cambio pacífico desde los actos y las decisiones diarias.

Aprendamos a “dejar pasar” algunas cosas y a influir pacífica y colectivamente en otras.

#anayany
#vidafeliz
#antifragilidad

¡NO BUSQUEMOS MÁS FUERA!!!

“Yo soy yo y mis circunstancias” (José Ortega y Gasset).

Nadie puede enseñar sabiduría a nadie, tan solo indicar el camino a recorrer para que cada quien viva la experiencia por sí mismo.

Los grandes cambios en una vida suelen suceder en un sólo instante. Y en ese momento solo contamos con nosotros mismos, con nuestro interior, nuestro SER. Nadie más va a estar ahí. Por eso es muy importante desarrollar la Antifragilidad y saber hacer frente nosotras solas a los problemas.

Por mucho que haya personas maravillosas ahí afuera, nos encanta ser nosotras mismas, con nuestros defectos y virtudes, sin manipulaciones externas mediáticas ni admiraciones irracionales por el otro en vez de por uno mismo. 

Todos admiramos a alguien, nosotras adoramos a muchas familias que luchan día a día por su salutogénesis por ejemplo. Y también nos encanta Robert Kiyosaki o Borja Vilaseca, como personas que ayudan a los demás en temas de Educación Financiera, Crecimiento Personal, etc.

Vemos a estas personas como personas de las que aprender y que nos inspiran, conscientes de que todos vivImos de una forma distinta una misma situación.

Todos somos diferentes, pero todos somos iguales. 

Lo que si tenemos claro es que una condición, educación, o el éxito no transforma a personas en maestros o gurús con superpoderes. Ellos sienten, aman, ayudan y comparten igual que muchas otras personas. Puede que hayan destacado en alguna actividad mediática por los que ahora los seguimos, pero sufren igual que nosotras, se equivocan igual que nosotras y enferman igual que nosotras. No hay Dioses, son humanos que nos inspiran por su experiencia vital.

Aunque aprendemos de ellos a diario, no queremos ser esas personas. Trabajamos para ser nosotras, únicas y aprendices eternas de quien está en este Mundo para ayudar humildemente a los demás.

¡»Matemos» a nuestros GURÚS!!! Y dejemos salir cada uno de nosotros todo lo que llevamos dentro para colaborar en vivir en un Mundo mejor. Porque todos tenemos cosas valiosísimas que compartir con los demás.

#anayany

¡FASCIANADAS!!


Nosotras estamos encantadas de conocer y utilizar a diario técnicas fasciales con Any, y el resto de la familia también las utilizamos, como sus cuidadores, como prevención para evitar problemas corporales y el punto de dolor. 

Cuidando al cuidador. Porque somos conscientes de nuestra realidad y de las consecuencias de no cuidarnos ahora. Igual que otros van al gym, nosotras trabajamos nuestro cuerpo de otra manera, y es maravilloso conocer como solucionar problemas físicos y estar saludables a través de la fascia.

Ya llevamos años de Terapia Slow. Pero la lentitud es bastante relativa ya que los resultados son constantes y duraderos, aunque a diario puedan parecer poco visuales. 

Los deseos de resultados rápidos y visibles inmediatamente es intrínseco al ser humano en todos los campos de la vida por la falta de paciencia. Sin embargo para nosotras fue estupendo desde el primer día comprobar que estábamos en el camino lento pero lógico, y con los años, los resultados nos han acompañado.

Es un camino de formación, aprendizaje experimental e intuición sensitiva, continua renovación para estar al día y siempre aprendiendo de los mejores. 

Por eso sabemos que las zonas de nuestro cuerpo que mantenemos en tensión crónica se convierten en zonas sobre las que perdemos sensibilidad: dejamos de percibirlas y no somos conscientes de la tensión que existe hasta que ésta se agrava y se manifiesta el dolor. 

Cualquier trastorno físico o emocional (el estrés, el miedo, la depresión, o cualquier emoción negativa) produce una tensión y por tanto un acortamiento del tejido fascial. provocando dolores y molestias en la zona o en otras partes del cuerpo mas alejadas, debido a la tensión reciproca de las membranas o tejido conjuntivo. Toda la fascia está unida.

Muchos bloqueos pueden tener una repercusión en nuestras membranas craneales internas y en muchas partes del organismo. Tensiones profundas e internas que están constantemente, las 24 horas al día activas, tensas, agotándonos y degenerando los tejidos e impidiendo la libre circulación de los líquidos. Este hecho nos va creando, formando o cultivando un montón de verdaderos puntos débiles de salud. 

Estamos llenos de tensiones internas, tensiones fasciales, que hacen que la pulsación del líquido cefalorraquídeo se vea también afectada, provocando fallos de comunicación del organismo con el sistema nervioso central creando un proceso degenerativo.

Es muy posible que parte de nuestros problemas sean porque estemos llenos de energía reprimida o no asimilada,
provocándonos una acumulación de estrés en el cuerpo, por lo que liberar las fascias, es liberar tensiones.

Sirve como escudo de protección y lubricación y a través de ella todo el cuerpo está conectado. Si se produce un impacto traumático en una zona, la fascia se encarga de amortiguarlo repartiéndolo por el resto del cuerpo, como las ondas que deja una piedra lanzada al agua. Y cuando sufrimos algún tipo de tensión, la fascia se contrae y endurece.

Los endurecimientos y bloqueos en la fascia (que, cuando está sana, es flexible y maleable) cuando se liberan hacen que el cuerpo pase a tener más energía.

Así que si buscamos fuentes de energía una parte muy importante es conocer como liberar nuestras tensiones y así entrar el un estado de relajación que favorezca la salutogénesis y nos haga menos antifrágiles corpórea y psíquicamente.

¡Fascianadas! por los resultados de un trabajo a largo plazo consciente y constante.