AMOR MUTUO

“Cada momento que paso sin las personas a las que amo es un momento de tiempo perdido”. J.R.R. Tolkien.

Nos despertamos todos los días y juntos elegimos amarnos, cuidarnos y cubrir nuestras necesidades. Eso define para nosotras una Familia: la elección libre de convivencia entre cada uno de sus miembros.

Compartimos valores como la tolerancia, el respeto, la libertad, la paz… siendo ejemplo los unos para los otros de lo que es realmente amar desde el corazón. Para nosotras compartir valores es fundamental para relacionarnos saludablemente de forma duradera. Puede que no todos, en nuestro caso los pilares que compartimos y mantienen a la familia unida son: Amor, Paz, Felicidad y Bienestar. 

Juntos aprendemos a diario lo que es compartir, escuchar, cuidar, ayudar, ser felices… porque la vida cambia diariamente y queremos ser flexibles y adaptarnos para poder continuar. Por eso también aceptamos que hay momentos, juntos o individuales, para llorar, discutir, luchar, etc., y eso nos hace valorar más lo que tenemos y salir adelante. Porque como decía el sabio: “uno solo llega antes, pero juntos llegamos más lejos”. Y para nosotros la meta es el infinito.

Somos conscientes de la necesidad de voluntad mutua para dedicarnos atención, sin prisas, en esas tardes eternas de sonrisas que nunca terminan. Es maravilloso compartir y regalarnos un pedacito de tiempo de abrazos, besos, armonía, amor y sonrisas.Y mañana que salga el sol por donde quiera, pero los momentos mágicos elegimos vivirlos a tope.

Como seres humanos tenemos una necesidad natural por el “tiempo compartido”, con una cercanía tan necesaria como el propio alimento. De piel a piel. Donde a través del contacto físico se transmita mucho más que con las palabras. Tocarnos, acariciarnos, transferir nuestras energías, llegando hasta el alma. Una mirada, una caricia, una sensación, nuestro olor o nuestra voz calmada es el mejor regalo que a diario podemos hacerles a nuestros seres queridos.

Por eso creamos juntos experiencias, actividades placenteras en familia, donde nuestra cabeza solo está pendiente de ser felices y disfrutar del momento. ¡Y que se pare el Mundo! Porque ninguna experiencia puede ser bien atendida si no se crea desde la UNIDAD y el disfrute común. Así nos reafirmamos en que está en nuestras manos perseguir nuestros sueños y esperanzas y que las dificultades no pesan más que el Amor.

Somos conscientes de que nuestro bienestar mental, espiritual y la satisfacción emocional confieren un colchón de admiración mutua, de equilibrio y seguridad para ser felices con nuestras circunstancias. Igualmente, invertir en nuestro propio cuidado, en nuestro bienestar, y  hacernos antifrágiles es elegir ocuparnos hoy, en vez de preocuparnos mañana. 

Para nosotros nuestra hija es, como todos los niños lo son, nuestros grandes maestros, porque entienden, perciben e intuyen muchas más cosas de las que los adultos, adormecidos por las “obligaciones”, nos podemos imaginar y por supuesto de las que nos pueden comunicar. La calidad y la autenticidad de los momentos compartidos con ellos marcará su crecimiento emocional y en parte su salutogénesis, pero también marcarán los cimientos de nuestra eterna relación de familia. No importa la edad o condición que tengan, ellos detectan el vínculo que nos une desde la atención y el amor en base a los momentos compartidos, a la cercanía, al consuelo, a las miradas, a las risas, al tono de las voces…

Any es nuestra prioridad, y somos conscientes de que no basta con que lo sepa o se lo digamos, ella lo debe notar a diario en nuestros actos, palabras, miradas y ante todo… en su corazón. Igual que notamos nosotros que somos su prioridad elegida. Familia.

Así sabemos que, cuando surgen las dificultades, los problemas, las discusiones, la enfermedad, etc., el motor para ayudarnos a seguir adelante surgirá de entre las cenizas, llamémoslo Amor, Dios, la fuerza del corazón, energía primigenia, poder sanador…

Aprendizaje: Aprovechemos los momentos buenos para llenarnos de energía para cuando llueva.

Gracias por decir tanto en una canción Pau. La compartimos en los comentarios.

#anayany

#vidafeliz

#antifragilidad

HASTA EN LOS MÁS BELLOS JARDINES SE ENCUENTRA MIERDA.

«No hay más que una vida; por lo tanto, es perfecta». Paul Éluard.

Todos somos muy diferentes: razas, religiones, culturas, etcétera; pero nos unen más cosas de las que nos separan. Todos queremos ser felices, disfrutar de la vida, pero también todos tenemos familiares con alguna enfermedad o discapacidad, o nosotros mismos tenemos problemas de alguna índole. Así que todos amamos y sufrimos por igual. 

Algunas personas, ante estas realidades, viven en el pesimismo, envueltas obsesivamente en sus pensamientos y sentimientos, y no saben como parar el “run-run” de sus cabezas; otras están obcecadas con tener razón o adoran ser victimizadas. En el otro extremo están los que se unen a la moda positivista e intentan embotellar sus emociones para que no se vean, cero dramas, o empujarlas a un lado y permitirse solo aquellas consideradas socialmente legítimas, las positivas, aunque estar eufóricos realmente oculte los verdaderos problemas.

Nosotras apostamos por el camino medio, por una vida rodeadas de salutogénesis y donde nosotras conscientemente elegimos la antifragilidad. Buscamos a diario el equilibrio, es decir, nos damos permiso para estar alegres, pero también para enfadarnos cuando sea; para tener una vida plácida y derrumbarnos si no podemos más; para reírnos cada tarde y llorar por las noches por las dificultades del día.

Esto es para nosotras vivir en equilibrio. Elegir que prime la felicidad, el bienestar y la paz a través del Amor Infinito, pero sin una meta idílica a la que queramos llegar, sino afrontando que el TODO forma parte de la vida. Lo bueno y lo menos bueno.

Somos reales y estamos vivas, así que aunque nuestro concepto y elección es ser felices con nuestras circunstancias, sabemos que vivir en sí mismo implica enfrentarnos a realidades adversas, por eso elegimos el equilibrio. 

No hay biografía sin heridas. Es más, yo descubrí la verdadera felicidad tras el duro golpe de las circunstancias con las que Any venía a afrontar la vida. Entonces empecé realmente a valorarla y a entender que desde el sufrimiento el destino es el mismo, pero el camino lo construyo a diario yo, gracias a mi libre albedrío. Cuando entendí realmente esto, es cuando comencé a elegir otra forma de llegar, disfrutando del camino.

No ha sido fácil. Se necesita valor para buscar la agilidad emocional necesaria para crecer y salir poco a poco del túnel y aprender a disfrutar de las circunstancias del presente sean cuales sean. Por lo menos a mí, salir del círculo vicioso del declive inconsciente y entrar en el círculo virtuoso del avance lento continuo me ha llevado mucho tiempo.

Aceptar que todas las emociones forman parte de nuestra vida, y no dejarme hackear por el positivismo de moda ni por el sufrimiento para sentirme arropada socialmente, ha sido lo más duro de buscar un equilibrio real, y no vivir desde el miedo.

Any y yo nos trabajamos a nivel físico, espiritual, mental y emocional, pero teniendo en cuenta que tenemos tres cerebros: mente, corazón y estómago, y que a Any y a mí nos mueve sobre todo el corazón. Tiene que existir un líder, y qué mejor para nosotras que él. 

El corazón nos ha guiado instintivamente siempre. Desde ese Amor de la Madre que certifica al bebé que nace, o al niño que no puede valerse por sí mismo, que va a seguir vivo, hasta el Amor como el TODO que envuelve la vida. Esa fuerza primigenia es la que nos hace sobrevivir, incluso aunque perdamos la memoria o vivamos en diferentes estados de consciencia, porque el corazón siempre se siente. Alimentemos el Amor como ese vínculo afectivo que no se educa, sino que nos une por instinto. Y aceptemos nuestros sentimientos que laten al son que más le conviene.

Nosotras tenemos muy claro que, para estar vivas, tenemos que mover nuestro corazón, y para eso están las emociones y la respiración. Por eso aceptamos las emociones negativas, porque son necesarias para la vida. 

Nos damos permiso para tener toda clase de emociones, porque eso nos hace estar vivas.

La rabia, por ejemplo, nos hace bombear la sangre más deprisa para poder defendernos o para atacar. Las emociones de defensa, tristeza, rabia, asco y miedo, están ahí para ayudar al ser humano a sobrevivir. También la más neutra, la sorpresa. Y otras, como la culpa, nos ayudan a sanarnos a través del arrepentimiento, el perdón, etc.

Y por eso nosotras evitamos la rigidez en ambos sentidos, ya que nos lleva a problemas de salud o a trastornos varios. Gracias Leonid, cuanta sabiduría encierran tus postulados.

Elegimos la flexibilidad, que es el equivalente al bienestar corporal y a la salud mental y emocional. Y la base para la espiritualidad.

Siempre buscamos ser emocional y físicamente flexibles, porque somos conscientes de que en el camino de la vida existen momentos de culpa y alegría, de asco y felicidad, de ira y de paz, de miedo y sorpresa, de tristeza y euforia…

 Nosotras no buscamos ni el positivismo ni nos dejarnos vencer por el pesimismo. Somos neutras. Ese es el camino que hemos elegido para la felicidad, que prime el amor a través de la curiosidad, admiración, seguridad y alegría.

Felicidad no como euforia o alegría desmedida sino como admiración: esa otra emoción tranquila, que nos permite observar, contemplar y nos calma como espectadoras sin juzgar. Y de ahí a la meditación hay un paso. No como un ritual oriental sino como un momento de seguridad y tranquilidad mayor, un gran bienestar. La manifestación de la paz.

Y desde esa seguridad, equilibrio y neutralidad, vivimos con asertividad, conscientes de no acercarnos ni a la agresividad ni a la pasividad, pero atreviéndonos a fallar.

Y dejando espacio a la curiosidad para aprender de la ciencia y luego aplicar lo aprendido, al mismo tiempo que somos parte de nuestra propia investigación para adaptarnos a nuestras necesidades.

Y sin olvidarnos del arte y la creación de belleza a nuestro alrededor.

Y que no falte la alegría, el jolgorio y el buen humor todo el día.

Hemos aprendido lo que es SER FELICES con nuestras circunstancias, pero respetando nuestro derecho humano a flaquear, caer y volvernos a levantar. Porque no todos los días son de color rosa, nos permitimos tener una vida arcoiris.

Ahora sabemos que podemos elegir nuestro camino. Que la forma en que cada uno elige cómo lidiar con los momentos duros está en el interior pero se refleja también en los actos, hechos y palabras que forman el recorrido. Y que cuando elegimos cada aspecto de cómo amamos, cómo vivimos, cómo somos, cómo hablamos o cómo trabajamos por nuestro futuro, simplemente estamos manifestando en el plano físico nuestras emociones sin filtro.

Aprendizaje: Ser felices es una forma de vida que podemos elegir, pero eso no significa que no podamos tener las emociones negativas que forman parte de la condición humana.

#anayany

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#salutogenesis

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JUSTICIA

«Seamos el cambio que queremos ver en el mundo» M. Ghandi.

Cada quien sabe en su corazón qué es lo justo y qué no. 

Solamente debemos seguir esa luz que emana de nosotros mismos.

Socialmente lo justo surge de la definición de lo que creemos correcto y de diferenciarlo de lo que pueda no serlo. Y según este criterio normalmente lo correcto se premia y lo incorrecto se castiga.

Pero personalmente, ser justo pasa por actuar siempre desde el corazón, la empatía y la compasión; de acuerdo con nuestros valores y respetando las diferencias; y esto no debe depender de lo que digan los otros, sino de nosotros mismos.

Aprendizaje: Vivamos desde el corazón y relacionémonos desde el Amor, entonces la Justicia será innecesaria.

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AYUDA

«Sentir gratitud y no expresarla, es como envolver un regalo y no darlo”. William Arthur Ward.

No se trata solamente de ayudar a los demás, sino de ayudarnos a nosotros mismos para tener una vida en equilibrio con el medio y las relaciones, a través de acciones concretas.

Todas las fortalezas y poderes que tenemos como humanos deben ser empleados en el bien común.

La solidaridad tiene un grandísimo valor, es una característica que define a nuestra especie.

Ejerzamos nuestra libertad para, siempre que podamos, ayudar a los demás. Y si no se cuenta con la oportunidad de ayudar, por lo menos no les molestemos.

Aprendizaje: La verdadera libertad está en tener tiempo para ayudar a los demás.

#anayany

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PARA TI JOVEN MAMÁ ESPECIAL

“Dejen de pelear, comiencen a construir, y háganlo tan apasionadamente y con tanta determinación como cuando están peleando». Leonid Blyum.

Ya las antiguas filosofías orientales nos explicaban cómo la energía fluye a través de la fascia. 

La acupuntura, por ejemplo, explica cómo la fascia está en todas partes, controla todo, formando nuestro cuerpo, canalizando Qi, manteniendo todo en orden…

A la vez nos muestran la fascia como nuestro órgano sensorial más grande, nuestro órgano de conciencia, nuestro océano interno.

Impactar nuestra fascia puede afectar al mismo tiempo nuestro sistema corporal y nervioso. 

La presión suave en la fascia puede ayudar a comunicar al sistema nervioso que ya no hay necesidad de aumentar la tensión en esa área. Y así, al influir en estas tensiones profundamente arraigadas en el cuerpo, podemos comenzar no solo a desentrañar y liberar la tensión en otras partes sino también en la mente.

Con la práctica y la correcta formación podemos aprender nosotras mismas a sentir las vibraciones rápidas y lentas y, cómo soltar y volver aún más profundo, notando como estas aberturas abren paso a la fuerza vital. Estos movimientos interoceptivos nos enseñan una mayor sensibilidad y, cuanto más sensibles y más profundos son los patrones que somos capaces de desarrollar mayor salutogénesis alcanzamos.

Existen varias formas en las que podemos liberar, hidratar y revitalizar la fascia liberando cuerpo y mente: Yoga, Advance Biomecanical Rehabilitation (ABR), acupuntura, etc. y mientras la investigación continúa revelando y mejorando algunos de estos métodos (gracias, por ejemplo, a Leonid Blyum) la intuición de una mente entrenada y trabajada también nos indica la dirección correcta.

Ya sabemos que necesitamos actuaciones largas y lentas para llegar a los tejidos más profundos y densos del cuerpo, como la fascia. Pero también sabemos que una vez que cambian los patrones habituales podemos abordar la tensión crónica alojada en los tejidos. 

Demos tiempo al cuerpo para relajarse, salir del círculo vicioso y liberarse entrando en el círculo virtuoso ayudándonos en la curación tanto física como emocional .

Mover de esta forma antiestrés nuestros cuerpos evita que la fascia se deshidrate, solidifique y contraiga.

Si tenemos una condición en la que el movimiento natural no es posible, empecemos con el trabajo pasivo adecuado. La fascia comenzará a liberarse y recuperarse. Y eso facilita el tipo de cambio de patrón que nos conduce a la liberación duradera de las condiciones consideradas crónicas y, en muchos casos, a un cambio profundo de la mente y el cuerpo.

El proceso debe de ser duradero en el tiempo. Para algunos, los cambios fisiológicos pueden ocurrir a corto plazo, y para otros, se requieren trabajos de larga duración para su liberación, depende de la patología de base. Además los cambios no serán constantes, sino que pasaremos por distintas fases: de aproximación, de consolidación, etc.

También es importante no forzar el cuerpo para que podamos permanecer fluidos y que realicemos movimientos sutiles para permitir una hidratación óptima de la fascia.

Los no profesionales podemos trabajar a diario la fascia con la formación adecuada. Por ejemplo haciendo rodar suavemente diferentes materiales de transferencia testados (pelotas, cilindros, huevos de gel…) según técnicas validadas. Estas acciones nos ayudan a empujar la fascia entre los huesos, músculos, órganos y fibras nerviosas, liberando más movilidad de la que se puede lograr con el estiramiento clásico.

Utilicemos todo lo que tengamos a nuestro alcance para conseguir el equilibrio y la estabilidad del cuerpo. 

A partir de esta reversión, los patrones naturales actuarán como sanadores y correctores de problemas ocultos tras trastornos, a veces no recuperables con otras actuaciones.

Nosotras nos sentimos “fascianadas”por los resultados y animamos a todo el Mundo a conocer y experimentar, de la mano de los Maestros más punteros en el campo, y así lograr dominar estas técnicas que liberan el cuerpo y la mente. Pero sobre todo nos gustaría que todas las madres con bebés pudieran escuchar la experiencia de las mejores Maestras: las Madres Terapeutas que llevan años trabajando el cuerpo de sus hijos con desórdenes del movimiento y que ya han pasado por muchos momentos delicados.

Aprendizaje: Busca la voz de la experiencia, ya se habrá equivocado tantas veces que le encantará ayudarte para que llegues antes a tu destino.

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