APRENDAMOS A PEDIR AYUDA

Hay un proverbio Zen que dice que “El obstáculo es el camino.”

Y en ese camino hemos aprendido que no podemos hacerlo todo solas.

Hemos aprendido, con el tiempo, a pedir ayuda y recibir la generosidad de otras personas con el corazón abierto.

Hemos aprendido a hacer las paces con necesitar, con pedir, con recibir.

Nos sentimos felices y conectadas, contentas y acompañadas. Sentimos una gratitud infinita por regalos de tanta generosidad.

También es una emoción abrumadora saber que hay cientos de personas ahí afuera que ayudan desinteresadamente a otras personas. Gracias a todos por compartir desde la abundancia, no solo con nosotras, sino con muchas familias y así poder darles a nuestros hijos una justa equidad social.

Y esto ratifica nuestro sentir de humanidad compartida, de dar y recibir, de sentirnos felices por formar parte del círculo virtuoso de ayuda continua de los unos a los otros, aportando cada uno lo mejor de si mismo al servicio de los demás.

Sentimos agradecimiento y renovación. El pasado, con la barrera para desplazarnos, ya no está y ahora construiremos un nuevo presente, el de hoy y ahora, gracias a la ayuda recibida.

Damos las gracias por hacernos la vida más fácil a la Fundación Sobre Ruedas al ayudarnos con parte de las adaptaciones que Any necesita para sus desplazamientos. Una Fundación creada por padres y madres que van más adelantados que nosotras en el camino y decidieron hace años ayudar a otras familias en sus mismas circunstancias.

Un abrazo de OSO GIGANTE.

Y MIL GRACIAS.

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SE ACERCAN LOS DÍAS MÁS “MÁGICOS” DEL AÑO

Pasa el puente de diciembre, y aunque la publicidad se empeñe en adelantarlo, ahora sí… ¡YA ES NAVIDAD!!

🎄Navidad…Los mejores deseos y muestras de afecto a quienes amamos y a quienes nos aman🎄.

¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!😍

La cena íntima de Nochebuena, los encuentros con la familia y con amigos, compartir suerte con la Lotería, las 12 uvas y los ritos de Nochevieja, las campanadas del reloj de la Puerta del Sol, , Cortylandia y las calles repletas de Madrid, el roscón de Reyes, el placer que ofrece el cierre del año para hacer balance y ajustar cuentas con la vida, no solo con la báscula, saludar el 2019 al grito de “Feliz Año Nuevo”, etc.

Amamos de manera incondicional la Navidad, pero no cumplimos con ninguna de estas tradiciones. Nosotras celebramos la Navidad como cualquier otro día maravilloso, nuestra felicidad no la limitamos a unas fechas, condiciones, alimentos, regalos, etc.

¡PARA NOSOTROS TODOS LOS DÍAS SON UNA FIESTA Y TENEMOS ALGO QUE CELEBRAR!!

Ni navidades pasadas, ni futuras, ni presentes, solo son períodos de tiempo en nuestra mente, creada por la iglesia en el siglo IV d.C., que cada vez se celebra de una forma más pagana.

En nuestro espíritu todos los días son guays, ¡TAMBIÉN LOS DE NAVIDAD!!

¿Por qué limitarnos a unas fechas para disfrutar de todo el maravilloso fondo que tiene la Navidad? ¡Qué sea Navidad todo el año!

No hace falta ser o el señor Scrooge del cuento de Dickens o sentirse como James Stewart en ¡Qué bello es vivir! La Navidad también es neutra para nosotros: nos gusta disfrazarnos, poner el árbol, los villancicos,etc. Pero ni más ni menos que nos encanta el “Día de Muertos”, el “Carnaval”, las vacaciones en la playa o la visita a los abuelos.

A veces, la inercia del trabajo y de la cotidianidad de los días hace que no nos demos cuenta de que podemos celebrar todos los días un nuevo amanecer, en vez de esperar a unas fechas concretas que quizás por un motivo o por otro no sean las mejores.

Si limitamos la celebración a días concretos y establecidos culturalmente en vez de celebrar siempre que tengamos la ocasión, se puede generar una comparativa entre lo que tuve, lo que tengo y lo que iba a tener… algo que evoca nostalgia y en donde el pasado no te deja disfrutar el presente que se convierte en expectativas de futuro.

Y es aquí donde aparece la famosa hipocresía navideña, acuñada por aquellos que comulgan con esa norma social no escrita que dicta que hay que ser mejor persona en Navidad. La falta de recursos de quienes no pueden permitirse subir al tren del consumo, el exceso de tráfico y de aglomeraciones tanto en la calle como en los centros comerciales, las disputas familiares; y, cómo no, su polo opuesto, el sentimiento de soledad. La sociedad dicta que la Navidad es alegría, positividad y amor independientemente de si estás trabajando o en el hospital (Manu te queremos).

Sesiones de cordero y restos durante 15 días, las escaleras mecánicas de El Corte Inglés a todo gas, como si aquello fuera la Disneylandia, los selfies de señores de Murcia en la Puerta del Sol, las uvas, los cuartos, el cuñado insoportable, siempre indestructible, el liguero rojo en la pantorrilla…

TODOS SOMOS VÍCTIMAS DE LOS DÍAS MÁS “MÁGICOS” DEL AÑO.

Comamos lo que queramos, saquemos nuestro niño interior, cantemos y bailemos al son de Mariah Carey, PERO TODO EL AÑO, LA VIDA NOS DA ESA OPORTUNIDAD

¡¿PARA QUÉ ESPERAR A LA NAVIDAD!!!?

Mi familia como un equipo de confianza.

 

Cuando en nuestra familia ha surgido una dificultad importante, nos tomamos una pausa.

Al principio resulta duro, pero después nos acabamos dando cuenta de que para que sea sostenible, tenemos que reinventarnos todos los miembros en función de lo que ha ocurrido.

El ser humano es muy emocional. Y esas emociones las tenemos que mostrar a la familia para que el equipo evolucione.

Cuando existe un cambio, surge el miedo a lo nuevo. Y normalmente el miedo paraliza.

Por oposición, la confianza motiva, así que cuando surge un problema nosotros generamos en todo el equipo más confianza para vencer el miedo y poder ser felices.

Para nosotros es importante que todos los miembros estemos abiertos al cambio en distintos campos: en el entorno físico, las costumbres, las comidas, la forma de disfrutar del tiempo de ocio…entendiendo que nuestra familia está viva y cambia con el tiempo.

Nosotros hemos comprobado, por ejemplo, que creando un nuevo entorno, en nuestro caso, es más fácil dar origen a esta nueva circunstancia familiar. Por eso nos encanta cambiar de lugar de residencia.

E igual que trabajamos los cambios de hábitos, trabajamos las emociones: rabia, miedo, felicidad… siendo conscientes y decidiendo cambiar las emociones negativas que van surgiendo por otras positivas.

Gestionamos la situación anímica en equipo y nos dejamos influir por lo positivo, siendo conscientes de que el estado de ánimo perdura en el tiempo, y que nos podemos permitir todos los días de emociones negativas que necesitemos, dentro de una vida feliz.

Al superar juntos el miedo nos sentimos bien creando un nuevo camino.

Por eso somos conscientes de las sensaciones, emociones y acciones que surgen, para ser felices a pesar de las circunstancias, eligiendo ver el lado positivo de las cosas para ser una familia emocionalmente más sostenible.

https://anayany.com/miyoutube

 

La exhibición de lo superfluo frente a la sobriedad en la vida

Ganar más y gastar menos es la base de una vida  próspera.

Hagamos una profunda reflexión interior sobre nuestro estilo de vida.

Aparentar tener más, no significa ser feliz ni poder disfrutar de las bondades de una vida cómoda. Las apariencias a través de redes sociales o por falta de Educación Financiera y desconocimiento de la propia realidad económica, no es el mejor modo de conseguir ser felices y ayudar a los demás, ya que la verdad acaba imponiéndose a la ficción.

Nosotras apostamos por el equilibrio y el sentido común ante la total incongruencia y el delirante rumbo que ha tomado la exhibición de lo superfluo.

Por eso somos frugales porque es una filosofía de vida con la que nos sentimos cómodas y felices.

Cuando uno es frugal, optimiza los recursos de cualquier tipo (dinero, tiempo…) de tal manera que el resultado es vivir de manera holgada controlando la mente para evitar gastar dichos recursos en lo innecesario. No necesitamos aparentar lo que no somos, porque lo que somos es lo que queremos ser.

Siempre nos ha gustado este estilo de vida.

Setsuyaku (frugalidad) en el budismo zen japonés quiere decir eliminar lo que no sirve, pero desde el significado de hacer uso pleno de algo, sin tomar en cuenta lo que es.

En la sociedad de consumo compulsivo en la que vivimos parece como si se considerara una virtud tener un buen coche, por ejemplo, aunque éste sólo saque dinero de tu bolsillo.

El catedrático de Economía en la Universidad París-Sud, Serge Latouchees, es una de las voces mundiales del llamado movimiento por el “decrecimiento”. Él nos habla sobre cómo no se obtiene la felicidad si no podemos limitar nuestros deseos y necesidades.

El profesor Latouche ya con 73 años y su movimiento “decrecentista”, defiende la sobriedad en la vida y la preservación de los recursos naturales antes de su agotamiento. Propone vivir mejor con menos y se alinea con la ecología y conceptos con los que nosotras vibramos como: producir cerca de donde se vive y de forma ecológica; no vivir fagocitados por la economía de la acumulación que conlleva frustración y querer lo que no tenemos ni necesitamos; y ha comprobado a lo largo de su vida que la gente feliz no suele consumir en exceso.

Estamos de acuerdo con muchas de sus ideas como la de trabajar menos y producir de forma inteligente así como ayudar a los demás y cultivar más la vida.

Además la frugalidad en sí, permite afrontar eficientemente el posible impacto de una crisis y aumenta de manera significativa nuestro conocimiento sobre el dinero, porque nos permite ser más inteligentes a la hora de tomar decisiones sobre el uso del mismo.

Si buscamos una prosperidad monetaria tenemos que tener claro la relación entre nuestras ganancias y nuestros gastos. Si ganamos más de lo que gastamos, entonces contamos con cierta prosperidad.

Es decir, que aumentamos nuestra prosperidad mediante la vida frugal tanto si aumentamos nuestras ganancias y nuestros gastos permanecen constantes, como si disminuimos nuestros gastos y nuestras ganancias permanecen constantes.

Si es difícil o complicado aumentar las ganancias, empezaremos por reducir tus gastos.

Por el contrario, si es difícil reducir tus gastos, debemos considerar la posibilidad de obtener ingresos adicionales. Recuerda que el dinero es fácil de ganar, pero difícil de mantener.

Se sabe que muchas personas conocidas por ser influyentes en términos monetarios viven una vida de frugalidad.

Considera la posibilidad de seguir la filosofía de la frugalidad en tu vida, sin que ello te limite de ninguna manera para que logres el éxito.

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