RESEÑA “A DOS METROS DE TI”.

Por Any Pascual.

“Necesitamos estar cerca de las personas a las que queremos tanto como el aire que respiramos” R.L.

“A dos metros de ti”, escrito por Rachael Lippincott, es definitivamente uno de mis cinco libros favoritos, alternando de vez en cuando su posición con “El Alquimista” de Coelho.
Probablemente a algunos de vosotros os recuerde a algo el título; han hecho una adaptación a la gran pantalla en el 2019. Sí, así de conmovedor es. Puede que ya sepáis su argumento de base.

Por si no lo conocéis, es importante señalar antes de exponerlo que, aunque superficialmente pueda parecerse al superventas “Bajo la misma estrella”, es diferente y a mí me tocó mucho más profundo.

Esta es una historia de amor en condiciones difíciles, protagonizada por adolescentes, que pienso que todas las personas deberían leer, independientemente de sus gustos o edad, para concienciarse.
Y también es el libro publicado (y escrito por otra persona) que más tiene que ver conmigo, de los que he leído y/o conozco.

Asimismo, es una historia sobre una cosa que conozco bien, por experiencia propia (y que incluso menciona una experiencia que he tenido y sufrido, polipectomía nasal): la Fibrosis Quística.

Este es un libro polifacético, que se puede leer desde muchas perspectivas, dependiendo de las experiencias del lector.

Durante toda la lectura, tuve dos reacciones complementarias simultáneamente. Por un lado, estaba con el corazón encogido (metafórica y físicamente, pues el pecho me dolía debido a mis pensamientos de angustia), por lo que les ocurre a los protagonistas, Stella y Will, durante el desarrollo de la novela. Y por el otro, un agradecimiento muy intenso y valioso hacia mi familia, mi propia vida y mis circunstancias, por estar sana y en casa, con mis padres. Tengo Fibrosis Quística, y vivo feliz con mis circunstancias controladas.

Stella y Will me han enseñado muchas cosas. Lo admito: me obsesioné hace años subconscientemente con la Ley de la Atracción, y ello causó que prefiriera centrarme en lo positivo y nunca, si se puede evitar, pensar o hablar de las cosas que no son positivas (he hecho un trabajo personal al respecto: solo menciono cuál es mi inclinación, mi decisión subconsciente en un primer momento). Por ello, siempre había evitado hablar de mi Fibrosis Quística cuanto era posible, y desconocía, por propia iniciativa, aspectos poco prácticos y útiles en mi caso. Si soy sincera, temía todos los “quizá” o “mejor evitar”, y temía completamente definirme (también que otras personas me definieran o pensaran así de mí, pero sobre todo yo misma) como alguien que tiene un diagnóstico, y aún tenía más terror de que fuese en algo tan aparentemente crudo como la FQ.
Esta historia me ayudó muchísimo, tanto como no os podéis imaginar. Me ayudó a saber, aunque fuera aproximadamente, cuál es uno de los peores escenarios posibles para los que tenemos FQ. Me ayudó a perder el miedo a la operación menor de pólipos a la que me sometería (lo leí semanas antes y otra vez la noche previa, por completo, mientras comía lo último antes de las 12 horas de ayuno). Sabía que, por muy mal que pudiese ir, incluso en el absolutamente terrorífico caso de que ocurriese que parte de mis pensamientos me recordaban a cada minuto, siempre sería mejor que la vida de Will y que la rutina hospitalaria de Stella.

Me ayudó a comprender cómo es la vida de alguien “normal” con Fibrosis Quística, alguien que no ha tenido las herramientas que tuvimos a nuestro alcance nosotros como familia y yo como alma. Y me enseñó las (necesarias) normas y trabajo para mantener unos pulmones sanos en una situación de riesgo.

Creo que este libro es un imprescindible para cualquier persona con FQ, y para muchos en la situación actual.

Por la pandemia que vivimos se nos está diciendo que nos quedemos en nuestras casas (haced caso, quedaos) y que, si tenemos que salir (a hacer la compra o a la farmacia, o incluso para sacar mascotas) mantengamos SIEMPRE una distancia mínima de un metro con las otras personas.

Pues bien, lo que propone esta novela, escrita hace ya tiempo, antes de todo esto, es que, por seguridad, por la seguridad de los vulnerables, por la seguridad de los que tenemos afecciones respiratorias, por la seguridad de los muchos que somos población de riesgo, estemos a dos. Siempre, estemos “a dos metros, de ti”. Y si tenemos que medir la distancia entre nosotros con palos de jugar al billar, ¡Adelante!

¡Viva Stella! ¡Viva Will!

#anayany
#amorinfinito
#yomequedoencasa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial

Si te gusta anayany.com, ¿por qué no te suscribes?

YouTube
Instagram
Twitter
Visit Us
SOCIALICON
Subscríbete