BILLETES: SIMPLES PAPELITOS DE COLORES

Por Any Pascual.

“En lugar de usar tu educación financiera para hacerte rico, usa tu educación financiera para enriquecer la vida de otros también”. Robert Kiyosaki.

El dinero es un mero símbolo, porque en realidad no hay nada que le corresponda. En sí, no tiene ningún valor: no se puede comer o beber, plantar, montar en él o dormir debajo.

En el momento en que nos preocupamos solo por tener dinero para alcanzar una simbólica felicidad, no seremos capaces de apreciar nuestra felicidad verdadera, la que procede de la conexión con nuestro interior feliz, amoroso y en paz.

El dinero es mucho más que un medio para lograr el fin de medirnos y competir, es un dispositivo aceptado en las sociedades con el cual podemos agrandar nuestra libertad y conseguir ayudar a los demás.

Por eso, cuando nos trabajamos interiormente al mismo tiempo que conseguimos un crecimiento económico, se puede comprender el motivo por el cual la felicidad surge de algo más profundo que el dinero. Lo que resuelve los problemas es el amor (que a veces, sí, se manifiesta en forma de dinero, además de en infinitas posibilidades más), y debemos ver compasivamente que muchos caen en el error de pensar que la razón de no ser felices es solo que todavía no tienen suficiente.

Cuando somos capaces de ver el valor real del dinero, es cuando somos realmente libres para determinar nuestra actitud frente a él, frente a las diferentes maneras de obtenerlo e intercambiarlo.

Las personas, cuando nos encontramos con la consciencia situada en un nivel de supervivencia, queremos dinero para tener todas esas cosas que la sociedad nos dice que son importantes y que supuestamente nos harán felices. Mucha gente que ya ha pasado largas décadas intentando alcanzar todo esto sabe que hay bastante más detrás de esa perspectiva, y mucho más detrás de lo que el sistema nos dice y quiere que creamos, que si bien no es falaz por completo, sí una parte de la verdad, fragmentada, aislada y separada de la totalidad. Simplemente forma parte de nuestra conciencia distorsionada de lo que en realidad nos da poder, éxito y riqueza: Amar.

En ciertos momentos, con la consciencia en ese mismo estado, también pensamos que el dinero es una forma de resolver nuestros problemas y hacer que desaparezcan permanentemente para no volver a “molestarnos”. Pero aunque deseemos eso y se alejen de nosotros una temporada, pese a que nos anestesiemos con la televisión, con el dinero o con otras adicciones físicas y mentales, nuestros problemas seguirán ahí, esperando, aguardando una nueva ocasión causada por algún acontecimiento para mostrarnos claramente lo que no queremos afrontar para medrar.

El dinero solamente resuelve los problemas cuando el amor lo guía, cuando el amor lo motiva. En nuestro interior están todas las respuestas, todas las soluciones y la absoluta plenitud que anhelamos. Somos puro amor.

El dinero es el medio. El amor es el origen y el fin. El amor es lo que consigue abundancia material.

Si nos diésemos cuenta de esto y actuáramos en consecuencia, el dinero se “limpiaría” socialmente y sería amado.

Yo siempre me alegro por un trabajo bien hecho, que refleje mi amor en sus diferentes formas y aspectos; por encontrarme con un amigo en un ambiente de amistad verdadera; por ver todos los días de nuevo el amanecer o el atardecer, especialmente cuando el cielo es rojo, con nubes maravillosas como las de hoy, y por ver como cada noche nos regala una fase la Luna; por una sonrisa sentida y un abrazo consciente; por un beso cariñoso; por los silencios cómodos y por las conversaciones atentas…

En definitiva, por vivir y por el milagro amoroso que supone la existencia.

Ese sentimiento puro e interno se encuentra exclusivamente asociado al dinero cuando este se genera mediante un acto de amor real. Por ejemplo, nos recompensarán con un cheque de la cantidad justa para irnos de viaje con nuestra mejor amiga o para editar la primera tirada de un libro que amamos escribir, cuando pidamos y visualicemos ese cheque amorosamente asociándolo a los mismos sentimientos que tenemos por esa persona o por escribir ese libro, o por meditar o pasear por la naturaleza…

Mi foco está siempre puesto en el amor o en alguna de sus manifestaciones concretas, como la creatividad al escribir y la dicha al compartir.

El dinero es absolutamente genial cuando eso es así. Se vuelve un instrumento para el alma.

Sufrir por obtener más dinero, o más de cualquier cosa, es innecesario cuando lo tienes todo en tu interior. En tu alma, cuentas con recursos suficientes para vivir amando. Tú decides qué deseas. Sufrir o amar.

El dinero fue y todavía es literalmente sagrado. Los primeros mercados eran mercados sagrados, los primeros bancos eran los templos, los primeros en acuñar dinero fueron sacerdotes o reyes. Las primeras monedas fueron acuñadas y distribuidas por los templos porque eran medallones inscritos con la imagen de su Dios y encarnaban su poder protector. Y había una demanda, no porque con ellas se pudieran comprar cosas, sino porque eran populares y podían ser intercambiadas por otras cosas.

Más allá de su utilidad como medio de intercambio, el dinero se ha convertido hoy en día en la manera más usada por la humanidad para intentar acumular Poder en vez de utilizarlo para Ayudar, Amar y hacer florecer nuestra Alma.

Antes se confiaba en que Dios ayudaba, ahora, en esta sociedad actual laica, algunos piensan que la ayuda va a venir del dinero, cuando en realidad la ayuda viene de mucho más allá y se nos transmite, entre otras formas, mediante dinero, si lo pedimos con amor. No olvidemos nunca que la verdadera libertad está en nuestro interior.

La tendencia al excesivo materialismo se puede revertir volviendo a pensar con una Mente Universal y sintiendo con el alma.

Las posesiones solo llegan si van a servir de ayuda, y si las amas realmente, desde tu corazón. La verdadera justicia económica está basada en la compasión, y en la sabiduría que hay en saber que las personas tenemos diferentes capacidades, también económicas. Hay personas sabias y amables en todas las condiciones, ricos, clase media y pobres. El dinero en sí mismo no hace mejor persona a nadie, tampoco peor.

SEAMOS REALES. AUTÉNTICOS.

La transformación personal que sucede cuando hacemos el esfuerzo por querer ayudar a los demás, es la verdadera recompensa, el dinero viene después, cuando soltamos el miedo a tenerlo y a que nos falte.

Nuestra naturaleza esencial no mejora ni empeora con el dinero que viene y va.

Cuando vivimos desde el amor es cuando nos damos cuenta de que no hay nada que obtener ni nada que perder, sino mucho para dar, mucho que compartir con el mundo. Después, lo recibiremos multiplicado, de modo que nuestras necesidades corpóreas, terrenales, emocionales, mentales, energéticas y espirituales estarán cubiertas y contemos con más recursos “sobrantes” para dar en mayor medida aún, amando poder dar todo eso a las personas y al planeta. De este modo, generaremos abundancia para nosotros y para todos. Y esto nos hará aún más libres.

Para muchas personas conscientes con mucho dinero, el valor del mismo se vincula estrechamente a su capacidad de ayudar amando y creando amor y abundancia, de manera que saben perfectamente lo que hacer con él para tener más y así ayudar más, con altruismo y compasión, debido a que ellos tienen todo lo que desean en ese plano, en la materia.

Demos el primer paso en el camino correcto. Debemos tomar las riendas de nuestras vidas y de nuestra economía. Gracias a todos los avances con los que vivimos podemos formarnos fácilmente en Educación Financiera. Se trata de aprender a beneficiarnos y a ayudar todos a todos, en una mezcla de filosofía de vida, economía y espiritualidad.

Para empezar tenemos que ser conscientes de que debemos cambiar hacia un Nuevo Sistema Económico.

Aprendizaje: Ya es hora de tomar el control de nuestras vidas, también en la parte económica permitiendo que también ahí nos dirija el Amor.

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#amorydinero
#vidafeliz
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SIEMPRE ESTAMOS VIBRANDO

“Prestar atención positiva o negativa a algo es una forma de dar energía”. Masaru Emoto.

Somos energía. Y la vibración en la física cuántica es energía. Así que simplemente, todo tiene una vibración.

Somos seres que vibramos en distintas frecuencias según las circunstancias. Atraemos hacia nuestra vida exactamente aquello que concuerda con la frecuencia con la que vibramos y nos alejamos de las cosas con las que no vibramos.

De ahí la importancia de cuidar nuestras buenas vibras.

Nosotras tenemos muy claro que hay cosas básicas en nuestra vida que nos ayudan a mantener nuestra frecuencia elevada con vibraciones positivas.

Vibramos teniendo pensamientos positivos y con las personas que están a nuestro alrededor y nos cuidan, aman y acompañan. Sabemos que si nos rodeamos de personas alegres, positivas, amorosas… nos ayudarán a mantener esa vibración positiva que desprenden sus pensamientos saludables.

La música es otra manera de vibrar. Nos encantan las letras positivas y no escuchamos ni vemos cosas violentas, groseras o negativas.

Igualmente organizar y limpiar ayuda a mejorar nuestro ambiente y las energías que nos rodean. Simplemente cuidamos de lo que tenemos.

También observamos cosas que nos hacen vibrar: miramos al horizonte al amanecer o al atardecer, contemplamos el mar, paseamos por el bosque… y además aprovechamos y abrazamos algún árbol para compartir vibración natural energética. Abrazar árboles tiene algo mágico.

El agua saludable que ingerimos y los alimentos vivos, los cuales nuestro cuerpo reconoce como energía, hacen vibrar también a nuestras células. De ahí la importancia de hacer una ingesta saludable. Masaru Emoto ha explicado ya hace años cómo el agua es “el alma del universo”, conciencia líquida. Y que la estructura molecular del agua registra las vibraciones de sonidos, de colores, de formas, de palabras, de emociones y de pensamientos. Según Emoto, el agua graba las intenciones de cada uno. Y se las devuelve. Por eso nosotras bebemos agua con una estructura vibracional similar a la estructura del agua de manantial en su entorno natural y hacemos baños terapéuticos en agua salada similar al agua marina. Todo ayuda a las buenas vibras. No olvidemos que somos un 70% agua… y el resto “polvo de estrellas” estructurado vibrando.

Y sobre todo damos las gracias.

La Gratitud afecta positivamente a nuestra frecuencia vibratoria. Agradecemos todo siempre. La Gratitud siempre abre las puertas para que las cosas buenas fluyan positivamente en nuestra vida.

GRACIAS. Un abrazo de árbol.

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#buenasvibras

COMPASIÓN DE MADRE

“El amor y la compasión son necesidades, no lujos” Dalai Lama.

Muchas veces he visto, a lo largo de estos 15 años como “Mamá Especial”, a personas que me han mirado o me han dicho directamente: “Yo no podría”.

Siempre me he preguntado por qué esas personas que tenía en frente (médicos, profesores, conocidos, etc.) no habrían desarrollado en su vida empatía y compasión, para apoyarnos en vez de mirar con “pena” a mi hija.

Los opuestos de la compasión son la lástima, la indignación moral y el miedo y muchas personas se han acercado a nosotras desde ahí.

Tras años de reflexiones, me he dado cuenta de que realmente esas personas me regalaron algo. De todas esas relaciones he aprendido que hay otro camino y he aumentado mi propia compasión.

Y las dos hemos recorrido juntas este camino, Any como Maestra, poniéndonos en situaciones increíbles, y yo como Aprendiz. Fuera egos, fuera miedos, fuera…Todos nacemos intrínsecamente con compasión. Pero no todos están dispuestos a dejarla aflorar. Nosotras SÍ.

Todas esas personas me han enseñado a valorar mi instinto maternal, nuestra capacidad de supervivencia, nuestro crecimiento emocional, mi camino espiritual… todos ellos nos han hecho gritar que SÍ SE PUEDE.

Profesionales del sector de la Salud, profesionales que trabajan en el campo de la Educación Inclusiva, etc. deberían ser primero personas compasivas, y luego tituladas. Porque sin compasión no se puede acompañar a los demás en el camino.

La compasión es la capacidad de ver claramente dentro de la naturaleza del sufrimiento y actuar en consecuencia.

Por eso, por ejemplo, cuando como Mamás nos tenemos que enfrentar a problemas relacionados con nuestros hijos, no se sabe a veces de dónde sacamos las fuerzas.

La fuerza viene de nuestro propio máximo sufrimiento. Se llama resiliencia.

Tenemos unas grandes espaldas para ser ecuánimes en la vida y una frente suave para tener compasión con los que no parecen ayudar en el camino.

Nos mantenemos fuertes a pesar de todo, estamos dispuestas a luchar al máximo y hemos aprendido a vivir sin aferrarnos al desenlace.

Ahora, tras tantos años de camino, cuando nos relacionarnos con los demás empatizamos siempre con ellos y nos ponemos en su lugar. Si no hiciéramos esto nos resultaría imposible convivir en la sociedad actual, rodeadas de injusticia social, inmoralidad y miedo a lo diferente.

Paramos, percibimos las emociones del otro, luego las reconocemos y, finalmente, proporcionamos las respuestas adecuadas sabiendo que ellos también nos necesitan.

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#amorinfinito
#vidafeliz
#compasión

SOMOS ENERGÍA

“Cuando nuestro cuerpo y mente están en sintonía con el Universo, todo se vuelve espontáneo y sin esfuerzo”. Deepak Chopra.

Cada ser, los árboles, plantas, flores, animales, piedras, incluso el mar y las montañas, el aire, los colores, los lugares, emiten una energía y frecuencia vibratoria que, si bien no vemos, percibimos constantemente. Todo tiene su propia energía.

Darnos cuenta de ello es parte del despertar de nuestra conciencia. Saber que todo está hecho de “polvo de estrellas”.

Los físicos cuánticos descubrieron que los átomos están compuestos por vórtices de energía que giran sobre sí mismos. Cuando se juntan los átomos para formar las moléculas, se crean irradiaciones de energía.

Nosotras tenemos claro que esa energía pura forma parte de nuestro ser. De todos nosotros. Y todos formamos al mismo tiempo parte de un sistema energético enlazado. La propia energía crea vínculos indivisibles entre todos.

Aprendamos a desafiar el sentido común. El principio de incertidumbre de Heisenberg nos habla de que nosotros somos capaces de transformar nuestra realidad al estar nuestros campos de energía enlazados entre sí. Por eso, si conseguimos cambiar la percepción de lo que nos rodea, todo cambia.

A medida que tomamos conciencia, nuestra mente va siendo capaz de cambiar nuestra relación con el mundo. Cambiar nuestra mentalidad mejora nuestra relación con mundo exterior. Y si cambiamos en nuestro interior, veremos este cambio reflejado en nuestra vida en general.

De ahí la relación entre energía y salud, así como la influencia de las emociones y pensamientos en nuestro estado vital.

El paradigma newtoniano, con alrededor de 200 años, considera el cuerpo como una máquina. Esta máquina se puede reparar o bien cambiando las piezas que fallan, operaciones quirúrgicas, o arreglando sus mecanismos, mediante fármacos.

Sin embargo, la medicina energética o cuántica tiene en cuenta además que el ser humano está compuesto por una red de muchas informaciones. Se entiende que el cuerpo físico no está delimitado, sino que tiene muchas influencias y todo está conectado.

Los investigadores convencionales no han tenido en cuenta la compleja red de comunicación existente entre la materia y la energía del cuerpo. Este flujo de información, apoyado por la medicina cuántica, es de gran importancia a la hora de dar una solución más integradora para restaurar el equilibrio químico del cuerpo.

La medicina energética cubre muchas áreas de sanación. Desde la acupuntura, la meditación, el mindfulness o el par biomagnético hasta la energía de los cristales. Todas ellas desafían al viejo paradigma y se basan en la creencia de las influencia de los campos de energía, descubiertos por los físicos cuánticos, en la regulación de los cuerpos físicos y la salud.

Es hora de despertar a la conciencia a esta nueva realidad. Somos energía pura que afecta a nuestras vidas de manera inconsciente pero real. Aunque no lo veamos, si nos detenemos a pensar, si somos conscientes de que lo percibimos, de que lo sentimos y de que a diario nos afecta, nos daremos cuenta de que la energía viva fluye absolutamente en todo.

Todos emitimos un tipo de energía diferente de acuerdo con nuestro estado y vibración, razón por la cual muchas personas se sienten a gusto o a disgusto en determinada compañía, depende de la sensibilidad y crecimiento de cada cual.

Seamos más responsables con lo que somos y transmitimos. Sabemos que emitimos primero dentro de nosotros mismos y después hacia el entorno, que influimos en el ambiente y en nuestras relaciones.

El primer punto de contacto entre dos personas no es la piel, es la energía. ¡¡Por eso nosotras siempre compartimos buenas vibras!!

Pero nosotras además hemos elegido no solo vibrar, sino compartir nuestra energía con los demás a través de los abrazos, en las distancias más cortas, entre dos personas, piel con piel. Por eso nunca faltan abrazos y muestras de cariño en nuestra vida, porque es nuestra forma de compartir con el Mundo nuestra abundancia energética de positivismo.

Nos gusta compartir nuestra energía siempre, por eso lanzamos al Universo y a quienes están en nuestra vida de alguna manera ABRAZOS CUÁNTICOS DE LUZ O TERRENALES DE OSO AMOROSO💗💗💗

#anayany
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#vidafeliz
#somosenergía

ECOALIMENTÉMONOS

”Tú eres tú, tanto si te alimentas bien como si comes en exceso. Sin embargo, cuando comes bien expresas el Amor por ti misma. En cambio cuando te atiborras, manifiestas miedo” Marianne Williamson.

De nada sirve escandalizarnos por lo que ha pasado en el Mar Menor, con toneladas de peces muertos, si no sabemos reconocer el problema que existe de fondo en una de las regiones que “alimenta” a toda Europa: los agrotóxicos.

De nada sirve ver en las noticias la cantidad de tóxicos que traen las naranjas de importación, exaltando que tienen más de 50 productos tóxicos prohibidos por la UE, si nos limitamos a comprar los productos con los tóxicos que sí permite la UE.

De nada sirve manifestarse por el Planeta todos los viernes, y después ir a comprar a un gran supermercado productos envasados en plástico, con agrotóxicos y que vienen del otro lado del Planeta.

La alimentación es nuestra actividad biológica más importante. Nos ayuda a estar bien, y si no estamos bien, no podemos desarrollar adecuadamente otras actividades. De ella dependen todos los procesos que desarrollamos en nuestro ciclo de vida: crecimiento, reproducción, ocio, trabajo…

La alimentación permite que nuestro sistema biológico funcione.

Además es una de las actividades que motivan más placer y satisfacción a las personas, de ahí la importancia de tener en cuenta no solo su cultivo, sino su preparación y el ambiente donde se ingieren los alimentos.

Somos lo que comemos, así que consumir alimentos libres de contaminantes, así como desarrollar buenos hábitos de alimentación, es imprescindible para optar a tener una buena salud.

Empecemos a celebrar el Día Mundial de la Ecoalimentación. Seamos conscientes y hagamos un esfuerzo especial para que al menos nuestros hijos consuman desde pequeños alimentos libres de tóxicos.

Por su salud y la salud del Planeta.

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#ecoalimentacion
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