CORAZÓN CON-RAZÓN

Por Any Pascual

“La sutileza humana nunca concebirá una invención más hermosa, más simple o más directa que la de la Naturaleza porque en sus invenciones nada falla y nada es superficial”. Leonardo Da Vinci.

Blaise Pascal dijo su famosa frase, “El corazón tiene razones que la razón no entiende”, en el siglo XVII. Ahora estamos en el siglo veintiuno. Aunque parezca que no mucho, las cosas sí han cambiado desde entonces.

Ahora ya se entienden algunas de las razones del corazón, gracias al autoconocimiento y el desarrollo personal, y todavía nos quedan muchas por explorar.

El corazón, como la mayoría sabemos, es mucho más que solo un órgano. Y al mismo tiempo, se está desarrollando la consciencia global de que el amor no solo está en el corazón. El amor está en todas partes… es lo que mantiene el mundo funcionando.

La cuestión es que, si queremos vivir una vida feliz, es necesario crear, y ser conscientes de, la conexión entre la razón y el corazón.

Y lo que nos dice la razón, aunque algunas personas no se hayan dado cuenta de ello, es que si el corazón tiene una sabiduría propia, no es aparte del conocimiento de la mente, sino además. Como una ayuda, un complemento y un compañero de la razón.

Y lo que nos dice el corazón, con su voz suave, es que le escuchemos… y no solo eso, sino que ¡el corazón tiene su propia razón! Ninguna parte del Universo es dispensable o sin motivo, todo tiene su función y funciona con su propio sentido de estructura y organización.

Las corazonadas son la intuición del corazón.

Y por lo tanto, si la razón del corazón tiene tanto sentido y es tan confiable como la racionalidad, lo cual seguro que habéis experimentado… Hay una manera de unificar, comunicar, relacionar, ambos.

¡Ayudar a la razón a entender al corazón y confiar en sus razones! Ese es el secreto. El corazón es fuerte, y aun así necesita empatía, comprensión y sentirse escuchado, como todos nosotros, para expresarse.

Una vez el corazón sabe que la razón quiere colaborar con su sentir, la razón recibe toda la bondad, belleza, y sobre todo la verdad, que están disponibles en el corazón, y nuestra vida mejora y se hace más plena y feliz. Confiando en nuestro corazón con-razón, y dejándonos guiar, encontramos el equilibrio. Y así cada uno vive de acuerdo con su “razón con corazón”.

Aprendizaje: Comprender de veras al corazón nos hace vivir sabios y felices “con-razón”.

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#vidafeliz

#amorinfinito

SOMOS UNIVERSALES por Any Pascual.

“Sin importar lo mala que parezca ser la vida, siempre hay algo que puedes hacer, y tener éxito. Mientras que haya vida, hay esperanza”. Stephen Hawking.


Todos tenemos días grises. A veces nos parece que nada tiene sentido y que vivimos en la inercia de hacer cada día lo mismo. Esa sensación es una muestra de que estamos siendo demasiado individualistas… en el sentido de que creemos que somos individuos aislados que tenemos que luchar por lo que queremos.

La realidad, y la respuesta ante esta situación, es que no estamos solos. Nunca estamos solos. Siempre nos acompañan nuestros mayores aliados para ser felices: nosotros mismos, es decir, nuestra alma… y el Universo entero.

El Universo nos muestra siempre lo que desde el ego no podemos ver. Y hace eso porque es equilibrio y quiere que nosotros también lo seamos.

Algunas veces, cuando nos sentimos eufóricos, los reyes del mundo, y llenos de poder personal, el Universo nos da un toque de atención para que dejemos de mirarnos el ombligo y utilicemos esa energía en algo positivo que ayude a los demás.

Y otras veces, como quizá hoy, el Universo nos nota de bajón. Para el Universo nosotros somos las células de su “cuerpo sin cuerpo”, así que siempre está pendiente de nosotros, aunque a nuestro ego no se lo parezca porque no siempre cumple sus deseos.

El Universo es la Vida y la Vida es el Universo.

Por  eso es que el Universo tiende a utilizar la vida (la cotidiana, la animal, la de otras personas o la del mundo entero) para comunicarse con nosotros y decirnos que, incluso en nuestras circunstancias, y aunque no nos lo parezca, está ahí para todos nosotros.

¿Alguna vez un amigo te ha contado una buena noticia que no esperabas y eso te ha hecho sonreír cuando más lo necesitabas? 

¿Alguna vez has sentido paz simplemente escuchando a los pájaros, cuando tu mente humana estaba llena de estrés?

¿Alguna vez has recibido un regalo sorpresa que te ha encantado?

Ver un arcoíris, que salga el sol entre las nubes, una ráfaga de viento refrescante, una canción que te anima, un “te quiero”, la voz de un ser querido (independientemente de las palabras), un buen libro o la frase justa, los colores de un atardecer o encontrar de nuevo en el fondo del armario esa ropa que tanto te gusta… todas esas son formas en las que la magia de la vida se te muestra. Desde la sonrisa de un niño, recordar buenos momentos, un abrazo de tu madre hasta una repentina experiencia espiritual, todo eso es el Universo hablándote y diciendo “no te rindas, todavía hay formas de ser felices incluso en estas circunstancias”.

La esperanza es lo que mueve la existencia, y si una planta puede prosperar en una grieta del cemento, si el sol puede levantarse otro día y dar lo mejor de sí brillando con luz propia desde el amor, nosotros también.

¿Sabéis por qué? Porque dentro de nosotros, somos el sol y somos la planta. Tenemos el potencial para desarrollarnos como ellos y tener una vida maravillosa. Porque somos más que nuestro egocentrismo. Somos la Vida y el Amor expresándose al máximo.

Somos universales.

Any Pascual.

Aprendizaje: El Universo nos muestra a cada momento la parte de nuestras vidas que nos ayuda a ser mejores. Sus señales nos enseñan a ser felices con nuestras circunstancias.

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MAGIA por Any Pascual.

“Hay quien dice que las hadas son fantasías de nuestra mente; que solo lo que tocan, ven y oyen puede existir realmente. Pero otros dicen que las leyendas tienen algo de verdad, creen con todo su corazón que las hadas existen de verdad”. “Campanilla y el gran rescate”. Disney.

Los seres humanos somos seres de energía pura que estamos en el mundo material para experimentar lo que se siente al vivir con plenitud. Pero realmente lo mágico está en nuestro interior. 

Es posible que muchas personas hayan aceptado que solo existe lo que se puede ver y, por lo tanto, ni los elementales ni las energías existen para ellos. Pero esas ideas acaban volviendo a nuestras vidas una y otra vez, aunque sea en sueños o cuando estamos bajo mucho estrés, cuando esperamos que se obre el milagro o que todo se solucione de forma mágica.

Si aquello que ahora consideramos mitos o leyendas ha perdurado durante tantos siglos en la humanidad, creo que es porque resuena con algo que solo en contadas ocasiones nos permitimos explorar, pero en lo más profundo de nuestras almas sentimos que tiene sentido. Incluso la propia expresión lo dice “tener sentido” es algo que tiene nuestro sentir, algo gracias a lo cual sentimos. Hay algo ahí afuera que nos llama, algo que todos notamos en el aire cuando este tipo de energías se acercan. 

Igualmente puede que la mayoría de la gente piense que la magia, por ejemplo, es algo trucado e incluso lo relacionen con Merlín en la Edad Media o con algo muy antiguo, alejado del siglo veintiuno. Pero la magia sigue existiendo, y siempre existirá, mientras haya una sola persona en el mundo conectada a su verdadero ser. Porque aquí está el secreto, todo es un reflejo de lo mágico que hay en nuestro interior.

En realidad las hadas, los unicornios, los ángeles y todos esos seres etéricos y espirituales son simplemente manifestaciones de formas de energía más astrales que físicas, y aun así bastante densas, con las que algunos humanos entramos en contacto.

Cuando sentimos una conexión especial con los dones de las hadas, por ejemplo, puede ser por miles de motivos, y uno de ellos es que ellas representan la unión entre el espíritu y la materia, entre el cielo y la tierra, lo tangible y lo intangible y están fuertemente conectadas con la Madre Tierra y los dones de la Pachamama. La voz interior que nos dice que nosotros no lo estamos es una ilusión, algo que nosotros elegimos creer. Y las hadas simplemente nos recuerdan día a día la verdad: que estamos intrínsecamente vinculados con todo lo que existe y que tenemos el poder de ser y manifestar, siempre desde el amor, lo que el corazón nos dicte. Realmente, en algún recóndito lugar de nuestro espíritu, todos nosotros sabemos eso y siempre lo hemos sabido.

Por eso nos sentimos tan vinculados a aquello que nos parece mágico. En realidad cualquier cosa que parezca imposible puede realizarse, porque en nuestro interior somos parte de aquello que lo ha realizado todo. 

Si vemos y si creemos en la magia y en los seres mágicos es porque vemos, creemos y sabemos que en nuestro interior existe el potencial de ser creadores, siempre con amor, porque vemos y sentimos nuestra propia magia interna.

Aprendizaje: Siendo quien realmente somos conectamos con la Magia que está en todas partes.

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#lamagiaennuestrointerior

MOTIVOS

por Any Pascual

 “Un genio es alguien que ha tomado posesión de su mente y la dirige hacia los objetivos de su interés, sin dejar que las influencias externas le quiten las ganas de seguir adelante o le guíen por mal camino”. Napoleon Hill.

Todos los seres humanos nos movemos por motivos. Cada persona actúa o decide no actuar según sus propios motivos, sus propios valores, su propia y única manera de entender el mundo, que es lo que la convierte en un ser humano individual y capaz, con sus dones personales que aportar.

La verdadera educación saca a la luz esos motivos. El primer paso para conocernos a nosotros mismos es descubrir las razones por las que somos así.

Todos los seres somos uno, todos los seres tenemos consciencia (de algún tipo, la mayoría diferente a la nuestra como humanos). Es como los rayos de luz, nosotros solo podemos percibir con claridad los del espectro visible, y aun así sabemos que existen otros de una mayor y menor frecuencia. Todo en el universo está hecho igual que todo lo demás.

Y los seres humanos tenemos una gran cualidad, la de ser tanto humanos como seres, tanto cuerpos físicos que pueden actuar en el entorno como entes espirituales con un alma propia y capacidad de elección. Si alguien ha podido lograr algo, cualquiera puede, independientemente de las circunstancias, si decide conectarse con el estado vibratorio sincronizado y sintonizado con esa posibilidad. Somos responsables de nuestras propias vidas, porque siempre tenemos la opción de cambiar de camino. Es una decisión. En realidad, todos nosotros tomamos miles de millones de decisiones cada segundo de nuestras vidas. La mayoría son tomadas por nuestras células, o por nuestro inconsciente, y aun así son decisiones nuestras, porque siempre podemos cambiar.

Dependiendo de lo que comamos (una decisión consciente), nuestras células cambian.

Dependiendo de aquello en lo que nos enfoquemos, el subconsciente también cambia.

Entonces, si todo cambia siempre con cada decisión… ¿Qué permanece inalterable? El espíritu, y el espíritu se expresa a través de los motivos y los propósitos de vida. También podemos cambiar la forma de expresión, al igual que un paisaje puede ser expresado en una novela o en un cuadro, y eso se cambia a través de la evolución del alma.

Los motivos son un poco diferentes al propósito, siendo ambos intangibles y espirituales. Son como dos caras de la unidad, solo que no son opuestas, sino complementarias.

Una explicación en pocas palabras de la diferencia entre uno y los otros es: si la experiencia humana es el cómo, y el propósito es el para qué, los motivos son el por qué.

El espíritu puede guiarnos a través del propósito… y mientras tanto, los humanos nos guiamos a nosotros mismos mediante motivos.

La mayoría desconoce cuáles son sus motivos, porque muchos de ellos son escurridizos y se ocultan tras el “deber”. Para algunos de nosotros, las preguntas de “¿Por qué?” son incómodas, y aun así ahí está un gran paso para descubrir nuestra individualidad.

Por ejemplo, una pregunta típica, ¿por qué trabajas?

Algunas respuestas pueden ser: para hacer algo, para ser útil, para que me reconozcan, para cubrir mis gastos… Todos esos pueden ser ambos, motivos y propósitos. 

Pero si indagamos más la mayoría de las razones son motivos, no propósitos.

Siguiendo con el ejemplo, a veces trabajas porque necesitas cubrir tus gastos todos los meses de forma regular. Ese es el motivo de la seguridad, en este caso monetaria, o de la falta de incertidumbre.

Otras veces trabajas porque tienes la necesidad de que te reconozcan, el motivo de la valía personal.

Otras veces tu motivo es que quieres hacer algo con tu vida, o ser útil.

Algunos días trabajas porque amas tu trabajo, y en ese caso está claro que es un motivo.

Una forma muy fácil de distinguir entre un motivo y un propósito, además de lo ya dicho, es preguntarse si ese impulso de hacer algo que se tiene va a mejorar el mundo (tu casa, tu vecindario, tu ciudad…) o solo evitar males mayores. En el último caso, la mayoría de las veces es un motivo.

Es muy fácil diferenciarlos si ponemos otro ejemplo: una empresa, pongamos que una librería, quiere hacer accesible el conocimiento global a un pueblo pequeño. Ese es su propósito. Ahora bien, su motivo es diferente. El motivo de que su localización esté en la calle más concurrida del pueblo es que la mayor cantidad de gente pase por la tienda, y el motivo del color de su fachada puede ser el de distinguirse de los otros comercios, o bien el de expresar el gusto estético de una persona concreta. O quizá el motivo de que exista la librería es que su dueña no tuvo muchos libros para leer de niña, y quiere que los de la próxima generación no pasen por eso. Quizá sea más fácil verlo en esto último, aunque todo lo dicho está muy relacionado con el propósito de esta fantástica librería.

Tomamos decisiones en base a los motivos, normalmente, y esas decisiones pueden dirigirnos al propósito.

Mis células tienen el propósito de mantenerme viva y saludable, en las mejores condiciones posibles, y los motivos por los que existen son muy variados.

Mi propósito está relacionado con comunicar, y mis motivos para hacerlo de una forma u otra varían a menudo. Quizá hoy simplemente quiero contaros esto, con un motivo de autoexpresión, y sin embargo mi motivo para la elección del próximo libro que leeré puede ser completamente diferente. Y aun así todos forman parte de mí, todos están siendo generados por mi alma de una forma u otra.

Por eso, todos los días soy consciente de cómo se relacionan mis motivos, entre ellos y con el mundo, de cuáles son y de por qué están ahí.

Todos los seres vivimos y actuamos según, y gracias a, unos motivos, que existen en nosotros, que conforman cómo nos comportamos, que pueden ser y muchas veces son distintos a los de otros seres. Solo tenemos que ser conscientes de cuáles son los nuestros. Una vez que lo somos, podemos enfocar nuestros motivos en la dirección de nuestro propósito, y recorrer el camino felices, sabiendo que cada acto importa.

Aprendizaje: Todo lo hacemos por algo. Descubrir nuestros motivos nos hace conscientes y nos acerca a nuestro propósito de vida.

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