Picos y Palas – Educación Financiera

Te voy a plantear unas preguntas. ¡Tómate unos segundos para pensar la respuesta!

1 – Si dejaras de trabajar hoy mismo (si dejaras de tener un sueldo),  ¿Cuánto tiempo podrías mantener tu estilo de vida actual antes de tener que volver a trabajar (antes de volver a tener ingresos activos – un sueldo)?

2 – ¿Consigues ahorrar una pequeña parte de tus ingresos? Si lo consigues, ¿qué haces con ese ahorro?

3 – ¿Estás invirtiendo para crear fuentes de ingresos (lo que se conoce como activos) que pongan dinero en tu bolsillo cada día o cada mes sin que tengas que trabajar (los conocidos como ingresos pasivos)?

Mi padre me enseño a invertir desde pequeña. Me contó como mi abuelo  era un «apostador» en Bolsa, cada vez que obtenía un 15% de ganancia, se salía del mercado… hasta que hizo alguna mala inversión y perdió de una sola vez el valor de muchos de esos 15% de ganancias individuales.

Mi abuelo no utilizaba el Análisis Fundamental. Mi padre tampoco lo usaba al principio. A mi abuelo no le importaba si la empresa hacía pizzas, si producía papel o si era una central de reservas de vuelos comerciales… Se movía por «instinto» y salía del mercado al conseguir el 15% de ganancias. Eso si las cosas iban bien, si iban mal… las acciones se quedaban para siempre hasta que valían cero!

Mi padre también pasó por esa época. Invirtió, me cuenta, en Telefónica Móviles, en Codere, en Duro Felguera, Fluidra… fueron malas (muy malas) inversiones. De Terra.com mejor ni hablamos (aunque aquí al menos salió sin perder dinero).

Por eso es recomendable formarse antes de invertir. Yo cuento con la experiencia de mi abuelo y mi padre, así que no cometeré sus errores, e intento formarme y hacer un Análisis Fundamental de todas mis inversiones.

Tengo un amigo que dice «formarse para forrarse».

No llegaremos a forrarnos, pero evitaremos caer en el próximo GOWEX de turno.

Y al formarnos en la inversión en Bolsa, llegamos a los Picos y las Palas.

Os cuento brevemente la historia, para los que no la conozcáis.

Conocer la «Historia» (con mayúscula) nos sirve para no repetir los mismos errores que se cometieron en el pasado, para aprender de errores de otras personas sin tener que cometerlos nosotros mismos.

Pues bien, la historia sobre la Historia.

En el Siglo XIX y principios del XX, se dió en USA la conocida como «Fiebre del Oro». Miles de personas se desplazaban principalmente a California desde todos los rincones del país (y desde Europa). Esas personas tenían una extraña enfermedad: solo pensaban en encontrar pepitas de oro, tenían la «fiebre del oro».

La mayoría de los buscadores de oro nunca consiguió encontrar una pepita, o si lo conseguía solo le servía para pagar los gastos que le suponía vivir en el oeste americano: alojamiento, desplazamiento, comida, material de trabajo, ropa…

¿Conocéis la historia de Levi Strauss & Co?. ¿Sabéis cómo nació la empresa? – No os voy a resolver todo – echad un vistazo a la wikipedia!

https://es.wikipedia.org/wiki/Levi_Strauss_%26_Co.

Pues bien, la realidad es que todos tenemos en la cabeza la imagen de esos buscadores saltanto de alegría al encontrar una pepita de oro (gracias a las películas de Hollywood), pero los que realmente saltaban de alegría eran… los vendedores de picos y palas, los vendedores de ropa (Levi’s), los proveedores de alojamiento…

Todos estos tenían las herramientas que se necesitaban para que los buscadores hicieran su trabajo, tenían una especia de «peaje de paso»: si quieres batear necesitas una batea, ropa adecuada… necesitas «picos y palas»

Y lo más importante es que la Historia se repite. Hoy en día también existen vendedores de picos y palas. ¡Y nosotros podemos ser dueños de esas empresas!. Por ejemplo:

  • ¿Quieres comprar acciones en la Bolsa de Madrid?.  ¿Quieres comprar acciones de Inditex o del BBVA?. ¿Sabes quién tiene el sistema para que puedas hacerlo?. Pues BME (Bolsas y Mercados Españoles). Cada vez que compras una acción, de la empresa que sea, BME se lleva su parte!
  • ¿Enciendes la luz en casa? ¿Tienes aire acondicionado? ¿cocinas? ¿Pasas la aspiradora? ¿pones a cargar tu móvil?. ¡Seguro que sí! Quizás tienes contratada la luz con Iberdrola, o con Naturgy, o con EDP, o con… da igual. La realidad es que toda la electricidad que llega a tu casa pasa por las torres y los cables que vemos por todo el país. Y ¿sabéis quién es el propietario de esas torres? Pues REE (Red Eléctrica Española). Podéis pensarlo así: cada vez que enciendo la luz, no solo gana mi compañía distribuidora de la luz (Iberdrola) sino también la compañía dueña de las «canalizaciones» de la electricidad.
  • Y ahora que estáis empezando a entenderlo y hablamos de canalizaciones… ¿Tenéis cocina o calentador de gas natural?. Puede que en casa no, pero ese Hotel o ese Restaurante al que vas, tiene sus cocinas con gas natural. Y tachán tachán, también hay un dueño de todas esas tuberías de gas que van por todo el país. Y no, no es Gas Natural (ahora Naturgy), sino que es ENAGAS!

Tenemos muchos más ejemplos, y se dan en todos los paises. En todos los paises existe la empresa equivalente a BME, a ENAGAS, a REE…

Y lo fantástico es que podemos comprarlas – !sólo hay que pagar a BME o al equivalente en cada país, por el pico y la pala!

 

 

 

Seamos auténticos por Any Pascual

Voy a ser honesta en esto que voy a decir: Vivimos en una sociedad que, en su mayoría y en muy diversos aspectos, está enferma. Es tóxica para la gente que, como yo, queremos aportar cosas que están fuera del statu quo del establishment (es decir, literalmente, «‘el estado en que’ [statu quo] está el ‘conjunto de personas, instituciones y entidades, que procuran mantener y controlar el orden establecido’ [establishment]»).

Es, también, una sociedad que valora más a la gente que es capaz de ponerse una máscara para conseguir lo que quieren (ocultando lo que les apasiona sinceramente y quienes son en verdad). La sociedad, si estas personas interpretan eficazmente papeles que a ella (la sociedad) le beneficie de acuerdo a los intereses del establishment, las premia con «éxito»: más dinero, un coche más grande, invitaciones a reuniones sociales en las que hay más personas que tienen ese mismo tipo de «éxito», reconocimiento por parte del mismo establishment… 

A cambio, esas «personas enmascaradas» no pueden soltarse nunca del agarre de las apariencias, viviendo con miedo de ser «descubiertas». En otras palabras, que las otras personas sepan que no son quienes aparentan ser (y que, al descubrirlo, les quiten ese falso éxito que habían conseguido, ese respeto ficticio, ese estatus…). La sociedad les ha «lavado el cerebro» (resáltense las comillas) para hacerles creer que las posesiones materiales, y el éxito profesional, son lo más importante. Para que crean que tienen que ser camaleones, cambiando cómo se comportan (y hasta quiénes son) dependiendo de la persona que tienen delante. Para que quieran volcarse en su actividad profesional (dejando de lado absolutamente todo lo que no ayude a tener mejor rendimiento). Para que tengan un miedo al fracaso que les aterrorice en las muy numerosas noches de insomnio. Para que intenten evitar cualquier referencia a su vida personal siempre que están trabajando (lo cual hacen todas las horas que pueden, pues la sociedad les ha dicho que esa es la manera de sentirse bien consigo mismos y con los demás). Para que busquen desesperadamente fuera la admiración y el respeto que no han aprendido (ni tenido la oportunidad, ni podido) a darse a sí mismos. Para conseguir cuidar más la apariencia física que la salud (incluso llegando a que esta última no les importe)…

A todas estas personas, yo les quiero enviar un mensaje desde aquí: Sed auténticos. No penséis tanto en vuestro omnipresente «qué pensarán los demás de mí«. Despertad vuestros talentos. ¿Qué os apasiona hacer? Descubridlo y ¡hacedlo!, aunque sea en vuestro tiempo libre. Vosotros tenéis mucho coraje interior ¡exteriorizadlo!

Sois muy valiosos, podéis hacer mucho bien a este mundo. Podéis motivar, estimular…

Solo tenéis que tener confianza en quienes sois, y ser fieles a lo que realmente sentís y pensáis. No es difícil, preguntaos (y pensad): ¿Qué haría si tuviera garantizada la aceptación y admiración de los demás, el éxito y todas las posesiones materiales que necesite para hacerlo? ¿En qué soy bueno, se me da bien? ¿Qué me apasiona de verdad? ¿Tan malo es estar sin hacer nada, relajándome, solamente conmigo mismo/a? ¿Cómo me hace sentir hacer lo que sea por conseguir el éxito y el reconocimiento de los demás? ¿Cuáles son mis verdaderos valores? ¿Tengo mucha confianza en mí y en mis capacidades? ¿Descanso todo lo que mi cuerpo necesita? ¿Puedo sentir lo que siento, en todo momento, situación y lugar? ¿Pongo el corazón en todo lo que hago? ¿Me siento bien trabajando como parte de un equipo, confiando y delegando en personas en las que confío? ¿Cuáles son mis debilidades? ¿Conozco a personas que me ayuden a darme cuenta de ellas, y a superarlas? ¿Me siento frustrado/a, y si es así, qué hace que me sienta de esa manera? ¿Mi opinión sobre mí es lo más importante, o, por el contrario, lo que piensan los demás es lo que me importa y a lo que me amoldo? ¿Me relaciono con los demás desde las apariencias o desde la transparencia, mostrándome tal y como soy?…

La autenticidad es una virtud que escasea en los tiempos y en los lugares en los que vivimos.

Aunque no seamos unos «enmascarados» (que dan todo lo que son en su interior por ese falso «éxito» que les parece que da la sociedad), podemos practicar la autenticidad todos los días, a todas horas. Desde la decisión de si queremos bolsa de plástico en un supermercado, a la ropa que compramos (que debería de ser con la que nosotros nos sintamos a gusto, y la que no nos deje cargos de conciencia por tenerla), la casa donde decidamos vivir, etc. Hasta algo tan trascendental como de qué manera quieres que se trate a tu cuerpo después de morir (si quieres donar los órganos o no, si quieres que sea incinerado o enterrado…) podemos tomárnoslo con autenticidad, pensándolo el tiempo necesario y decidiendo nosotros, siempre nosotros, al final (teniendo la humildad de aceptar consejos y tenerlos en cuenta, pero también el auto-conocimiento de saber qué queremos realmente y la valentía de llevarlo a cabo).

Si somos auténticos, vivimos mejor porque tenemos la certeza de que todo lo que hacemos, decimos, sentimos y pensamos viene de quienes somos realmente, de lo que algunos denominan alma pero yo prefiero llamar Esencia.

Así pues ¡seamos todos auténticos! El universo, nuestro planeta y las otras casi 7.621.999 se beneficiarán de ello.

Y tú también, por supuesto.

 

Publicado Originalmente en https://steemit.com/spanish/@anypascual/seamos-autenticos

Olor a libro.

“El olor reside la misma esencia del alma, lo impregna todo de una forma pertinaz y tiene la capacidad de abrir las puertas del inconsciente, desde las que se cuelan las escenas más amables y las más dolorosas.” Mercedes Maldonado.

¿Qué lector consumado no se ha parado a apreciar el olor de un buen libro, además de su género o su portada? ¿Quién, de los que leemos libros, no sabe que el olor de un buen libro acompaña a lo que nos tiene que contar? Y ¿Qué amigo de los libros no se ha pasado minutos enteros esnifando esa (bendita sea) fragancia a libro nuevo, a descubrimientos por hacer, a historias que descubrir?

Yo, sí.

Yo me declaro fan del olor a libro.

Pero, mi creencia (y las veces que lo he experimentado lo confirman) es que los libros tienen diferentes fragancias. Y que la fragancia de un libro no depende de lo que la editorial le eche, en determinadas páginas, para perfumar.

No, la fragancia de un libro no depende de eso. Un libro no huele a rosas, a limón o a plástico.

Un libro (según mi creencia y experiencia) puede oler a:

  • a escritor joven, normalmente nuevo en esto de escribir
  • o a escritor experimentado, que ya sabe de qué va ese microcosmos de la escritura y publicación de un libro (lo cual suele derivar, aunque no siempre, en un libro en el cual todos los detalles están perfectamente medidos, calculados y expuestos)
  • o a clásico (ya sea por su manera de narrar, por sus ideas conservadoras o por ser, verdaderamente, un libro clásico del género al que pertenezca)
  • o a cosas románticas.
  • o a algo aburrido explicado de una manera estimulante
  • o a adolescencia
  • o a curiosidad
  • o a ideas frescas, novedosas
  • o a viajes
  • o a empoderamiento
  • o a información interesante
  • o a magia, cosas contadas con magia o cosas con un toque mágico
  • a compañero de vida (esos libros que sintonizan contigo y que vas a hojear o a leer una y otra vez)
  • o a recuerdos
  • o a sueños
  • o a pensamientos
  • o a descubrimientos
  • o a sentimientos
  • o a vida

o a varios de estos olores combinados.
Y a un montón de cosas más.

El olor del libro es independiente del género de este.

Aunque es cierto que algunos olores se dan más en el género romántico, otros en el de aventura… Hay de todo, y los libros pueden tener el mismo olor si los han escrito un norteamericano de cincuenta años y transcurren en un granero del s. XX, o en una catedral del s. XVII, que si los han escrito un ruso o un japonés de dieciocho años recién cumplidos y van sobre un planeta extraterrestre y sus guerras. O pueden tener olores completamente distintos aunque sean de la misma saga, escritos por el mismo escritor.

¿Cómo huele tu libro favorito?

Yo tengo demasiados libros favoritos como para escoger, pero si tuviera que escoger uno, diría que el mío huele a descubrimientos, a cosas exóticas, a mezcla heterogénea de elementos, a un tiempo sin definir, a amor, a magia, a sueños y a manuscrito, a cambios, a procesos, a una manera diferente de narrar… Es un olor que, hasta ahora, no he encontrado en ningún otro libro.

Cuantos más libros leas (y cuanto más te fijes en el olor de cada uno) más matices de fragancia encontrarás en cada libro.

Creado originalmente por esta cuenta, @anypascual  en

https://steemit.com/spanish/@anypascual/olor-a-libro

MI EDUCACIÓN FINANCIERA por Any Pascual.

Según nos cuenta Robert Kiyosaki en su libro “Despierta el genio financiero de tus hijos”  hay tres ventanas de aprendizaje para introducir y fomentar la Educación Financiera en los más jóvenes.

Primera ventana del aprendizaje financiero (0 – 12 años)

Segunda ventana del aprendizaje financiero (12 – 24 años)

Tercera ventana del aprendizaje (24 – 36 años)

Yo respeto y quiero a Robert, pero en su libro, cosa que no sucedió cuando le conocí en persona, no ha tenido en cuenta  la pequeña muestra de la población mundial que somos orgullosamente diferentes, y a cuyos padres me dirijo.

Si quieres tener un hijo normótico, felicidades, sólo tienes que hacer lo que hacen el resto de los padres: escolarización regular, creerte la autoridad, imponer, no compartir con la familia y esperar que tu hijo sea capaz de sacarse una oposición el día de mañana.

Pero si eres un Papá o una Mamá Especial, por el motivo que sea y aspiras a que tus hijos sean mejores que tú (hay padres que su propio ego paraliza el crecimiento de sus propios hijos), entonces espero poder ayudarte como ejemplo de «experimento» sociológico de cómo hacer las cosas de otra manera.

Y la verdad es que después de recibir hoy algunas de mis calificaciones del CIDEAD (Centro Integrado de Educación a Distancia) en el que curso estudios regulados online sin ninguna adaptación por discapacidad, he llegado a la conclusión de que cuando tu Educación de base es buena, superar las pruebas del Sistema es algo fácil e incluso divertido.

Y tras esta introducción os voy a contar cómo he adquirido yo mi Educación Financiera. Tras cruzarme con personas de avanzada edad y ver cómo gestionan sus vidas en todos los sentidos, también económicamente, me he dado cuenta de que he elegido bien a mis padres, ya que ellos han sabido ver mi yo, sin importarles la edad, la condición física, mis cualidades o aptitudes. Simplemente me han dejado ser yo y sacar lo mejor de mí en cada momento.

Primera ventana del aprendizaje financiero (0 – 12 años)

En mi opinión, tanto la lectura como los conceptos matemáticos más básicos pueden formar parte del mundo del niño desde el primer momento.

Mi madre, como Mamá Maestra,  utilizó el Método Doman para fomentar en mí, en la más tierna edad, la adquisición de la Lectura, el Cálculo Matemático y miles de  Conocimientos Enciclopédicos. Ella sabe cómo enseñar sin esfuerzo y cómo aplicar las distintas teorías educativas a la realidad.

A los 3 años de edad, ya era una lectora imparable, una friki del cálculo mental,  de la  lógica matemática, la visión espacial y la resolución de problemas ( que trabajamos también con Smartick), y era capaz de reproducir listas y listas memorizadas de datos enciclopédicos, desde Banderas del Mundo hasta temas relativos con la Física Cuántica.

Yo veía la  Educación Financiera como una mezcla de lectura, matemáticas y conocimientos, fácil de entender y poner en práctica.

Es cierto que también lo he tenido fácil al contar en casa con Papá Inversor Invisible (PII), que es como llamamos mi madre y yo a mi padre en este Blog, para que pase desapercibido.

Pues eso, que mi padre hasta dedicar su tiempo laboral a A.N.Y. (Ayudar a Niños como YO), era Director Financiero de grandes Multinacionales, y un apasionado de los dividendos y de cualquier ingreso pasivo, por lo que siempre ha sido normal escuchar en casa frases, que aún hoy, y literalmente digo hoy, se escuchan en mi casa.

Frases del estilo:

«Tengo 200 euritos para invertir en…»

«Hoy hemos cobrado 200 euritos en dividendos de la empresa…»

Así que el objetivo familiar siempre ha sido tener lo que deseamos e invertir lo que no necesitamos.

Creo que con 8 años ya sabía más de Educación Financiera que la media de los adultos españoles. Y hablo de práctica vital, del día a día, no de leer libros, que también.

Y hablando de libros.

Sólo tengo 14 años, así que la mayoría de mis lecturas se han producido en esta etapa.

He leído de todo, todo bueno, porque el «olor» a libro me ayuda mucho a seleccionar mis lecturas de calidad, y sobre todos los temas que os podáis imaginar. Amo los libros. Todos los días leo para levantarme, durante la terapia,  en la terraza, antes de dormir.  Leo en papel, en electrónico, en el teléfono, en el Ipad, en el Mac..

Leo y comparto. Porque me encanta compartir tantas cosas. Con mis padres, por ejemplo, leemos, jugamos, hablamos, trabajamos y estudiamos juntos. Desde que PII trabaja desde casa, la mayor parte de nuestro tiempo estamos juntos, muy juntos, muchas horas. Mi madre bromea siempre con que nuestra próxima casa será un loft, porque nos sobran todas las habitaciones, siempre estamos en la Sala de Terapia o en la Terraza los tres.

Y ese es mi resumen sobre la primera ventana financiera: aprender lo antes posible a leer, matemáticas y conocimientos varios y aplicarlos mediante el juego o con la ayuda de mis padres, a la vida real.

Segunda ventana del aprendizaje financiero (12 – 24 años)

De esta etapa todavía no puedo hablar mucho, aunque sí que sé que todo el aprendizaje anterior es la base de mis pensamientos en cuanto a Educación Financiera.

A parte, siempre he sido más madura de lo que representa mi edad cronológica, así que puedo decir sin miedo a equivocarme que creo que sé algo más del tema que la gente de mi edad, y además tengo mis propios ingresos pasivos a través de distintas inversiones: en bolsa, criptomonedas, etc.

Mis problemas de Salud me han dado una Educación en Valores y Consciencia, que difícilmente se encuentra en chicas de mi edad, exceptuando a mis amigas claro.

Así temas como Ayudar a los demás, la Ecología y el cuidado de la Madre Tierra, el Control Emocional o la visión Espiritual de la Vida, los he adquirido mientras un montón de personas a lo largo de mi vida me han ayudado y servido de ejemplo para saber algo tan básico como que estamos en esta vida para ser felices.

Por otro lado, mis padres siempre han hablado conmigo y delante de mí todos los temas posibles, desde sexo a los datos bancarios, así que soy consciente de todo lo que supone una vida plena en todos los sentidos: salud, dinero y felicidad y que no se puede cojear en ninguna de las áreas.

Vendimos nuestro microondas en una tienda de segunda mano y puesto en alquiler nuestros inmuebles… Hemos vivido en un montón de lugares diferentes y compartido con personas alucinantes momentos únicos. Hemos sufrido al máximo y llegado al climax de la felicidad. Así que… a pesar de mi  edad, he vivido experiencias muy fuertes en todos los aspectos.

Por cierto, para que veáis que la edad es solo un número, mi madre pegó un salto cuántico en su cualificación financiera tras asistir con nosotros al Evento de Robert Kiyosaki en Barcelona. Ahora esa Educación la aprovecha para desarrollar otros campos que le apasionan en su vida: ayudar a Niños Especiales, los temas de Salud, etc.

Siempre intentamos invertir en formación una parte de nuestros ahorros, diversificando la temática, desde cosas como Registros Akáshicos o Tantra a Formación en Criptomonedas…Y aunque sea siempre la más joven del grupo, creo que la mayoría de las veces soy la que más rendimiento les saco a este tipo de formaciones.

Resumen de mi segunda ventana de aprendizaje: si has tenido una buena primera ventana, ahora sólo tienes que dejarlo fluir.

Tercera ventana del aprendizaje (24 – 36 años)

Se supone que en este periodo se producirá mi desarrollo profesional, y eso espero, porque llevo años trabajando muy duro para cumplir mi sueño: tener un taller de costura en el centro de Nueva York.

Lo que tengo claro es que para poder dedicar mi vida a lo que me gusta, necesito alcanzar una Libertad Financiera mayor a la actual y garantizarme tener cubiertas todas mis necesidades sin pensar en temas económicos, gracias a mis activos que me producen ingresos pasivos.

He aprendido mucho de mis padres y mis maestros, y ellos siempre me recuerdan que aprenden todos los días de mí, así que parece que hemos creado un equipo ganador.

Seguiré formándome y aprendiendo, invirtiendo e investigando, creando y colaborando para conseguir mi sueño que cada día está más cerca porque trabajo duro todos los días.

Resumen general:

Si tú no has tenido la suerte de tener un «Padre Rico» quizás puedas crecer al lado de personas que tienen los resultados que tú quieres tener. Hay muchas personas que pueden ayudarte a ti y a tus hijos a tener una mejor calidad de vida.

Pasa de la teoría a la práctica, no hay tiempo que perder. Deja que tus hijos reciban una buena Educación Financiera desde sus primeros años de vida.

Enséñales con tu ejemplo, tu compañía, tu respeto. Déjales equivocarse, lee con ellos, aprende con ellos (no te olvides que nosotros somos nativos digitales).

Y sobre todo acompáñalos, porque el amor de una Madre o un Padre o ambos, es la base de una buena Educación.

Reseña «Tus deseos te están esperando» de Alicia Sánchez por Any Pascual

Tus deseos te están esperando es un libro ameno, rápido de leer e interesante que te enseña que, como la autora cree, todo, todo es posible, y que tú, al observar las cosas, las estás cambiando.

En él se te propone un método para cambiar tu realidad (sin esfuerzos titánicos, con unos pocos minutos al día de práctica) que, personalmente, me encanta y practico: visualizar (formar una imagen clara y con carga emocional de algo que no tienes delante).

Todos hemos visualizado alguna vez, pero este libro nos enseña a hacerlo, de forma consciente y positiva, para lograr cualquier meta que tengamos, y nos da ideas de visualizaciones para crear situaciones y lograr metas concretas.

También te brinda una manera de interpretar las sincronías, te habla sobre cómo acelerar el proceso de visualización, te muestra un ejemplo de una forma de vida visualizando constantemente y, como culmen, te plantea una bibliografía más extensa sobre los temas tratados.

Todo esto siempre desde su experiencia o la de personas de su entorno, con un lenguaje accesible a todos, y contado desde la humildad, como una “mujer curiosa y autodidacta, que ha tenido la perseverancia de leer a los que saben y de aplicar lo aprendido”

GRACIAS Alicia Sánchez por SER, VER y COMPARTIR.

Cuando dos seres mágicos se abrazan, el Universo se expande.